viernes, 8 de agosto de 2008

Beijing y su fiesta

Beijing y su fiesta

Con un luminoso y colorido despliegue, China realizó hoy un recorrido histórico de sus arraigadas tradiciones y de sus invenciones antes de dar un salto a la modernidad, en la ceremonia de inauguración de los Juegos de Beijing 2008. La delegación argentina ingresó a las 11.09 (hora de nuestro país) al estadio Nacional, encabezada por su abanderado, el basquetbolista Emanuel Ginóbili.


El espectáculo producido por el aclamado director de cine local Zhang Yimou no defraudó a los 91.000 espectadores presentes en el estadio olímpico conocido como el "Nido", que participaron activamente con linternas y banderines y aplaudieron a rabiar cada una de las escenas.

La mayor ovación fue sin embargo para la gigantesca bola del mundo que representaba el lema de estos Juegos, "Un mundo, un sueño".

La esfera de 16 toneladas surgió del suelo del estadio olímpico con 58 actores-equilibristas vestidos con trajes de luces corriendo por los nueve anillos que la componían, la mitad de ellos cabeza abajo.

Se elevó entonces 24 metros por encima de miles de niños que llevaban sobre sus cabezas grandes fotos con los rostros sonrientes de otros pequeños de todo el mundo que sonreían a los miles de millones de telespectadores que siguieron el show por televisión.

La ceremonia comenzó con una cuenta regresiva efectuada con un juego de luces y fuegos artificiales, que dieron paso a los tradicionales discursos de bienvenida y a la entrada de la bandera nacional. El público se puso entonces en pie para entonar a coro el himno chino, a imagen del presidente Hu Jintao.

Y llegó el espectáculo, dividido en dos partes, "Civilización brillante", que recorrió la milenaria historia de China, y "Era gloriosa", que evocó su deseo de modernidad y de convertirse en una potencia mundial.

Catorce mil actores participaron en esta producción que celebró las cuatro invenciones chinas: la pólvora, el papel, la imprenta de tipos móviles y la brújula, y evocó algunos de sus principales atracciones turísticas como la plaza Tiananmen, la Gran Muralla y los soldados de terracota de Xian.

Decenas de jefes de Estado y de Gobierno asistían a la ceremonia de apertura de estos Juegos, los más politizados y polémicos de la historia, entre ellos los presidentes de Estados Unidos, George W. Bush, de Francia, Nicolas Sarkozy, y de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva.

Mientras esperaban, los espectadores que colmaban el estadio bajo un agobiante calor una hora antes de que comenzara recibieron un entrenamiento especial para participar en el acto "interactivo".

Unos animadores le explicaron cómo y cuándo debían agitar las banderas chinas y olímpicas o utilizar las linternas de distintos colores y el tamborcillo que recibieron al llegar para dar aún mayor colorido a la ceremonia.

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