jueves, 30 de abril de 2009

Ismael Serrano le canta a las Madres de plaza de mayo

30 de abril de 1977

Las Madres de Plaza de Mayo cumplen 32 años

Diversas actividades recuerdan el día que nació el reclamo por la aparición con vida de los secuestrados durante la última dictadura militar. Fotogalería.
06:10 | 30.04.2009 Las dos agrupaciones de Madres de Plaza de Mayo conmemoran un nuevo aniversario del día en que iniciaron su larga lucha frente a la Casa de Gobierno en reclamo por la aparición de sus hijos, secuestrados por la última dictadura militar.

La historia de las Madres de Plaza de Mayo se remonta a un 30 de abril de 1977, cuando un puñado de madres de desaparecidos encabezadas por Azucena Villaflor irrumpió por primera vez en Plaza de Mayo para exigir información sobre sus hijos secuestrados por la dictadura.

"Individualmente no vamos a conseguir nada, ¿por qué no vamos todas a la Plaza de Mayo? Cuando seamos muchas, Videla tendrá que recibirnos", propuso Azucena sin saber que a partir de esa frase quedaba sellada el acta de nacimiento de la agrupación.

Villaflor fue secuestrada igual que otras madres y las religiosas francesas Léonie Duquet y Alice Domon por una patota de la ESMA que infiltró en el grupo al represor Alfredo Astiz, haciéndolo pasar por hermano de un desaparecido. En diciembre de 1977 estuvieron en cautiverio en la ESMA y días después las arrojaron vivas al mar durante un vuelo de la muerte.

Sus cuerpos aparecieron en playas de Santa Teresita y San Bernardo y los enterraron como "NN-masculino" en el cementerio de General Lavalle, hasta que fueron hallados y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) los identificó en agosto de 2005.

Las madres que sobrevivieron dieron una larga lucha para encontrar a sus hijos y reclamarle al Estado que se garanticen los derechos humanos día a día.

ACTIVIDADES.

La Asociación Madres de Plaza de Mayo organiza una jornada con alumnos de escuelas porteñas que desde las 15 y hasta las 18 dibujarán y pintarán en Plaza de Mayo bajo la consigna "Los niños pintan la historia". Allí realizarán la marcha alrededor de la Pirámide a las 15.30 horas, como todos los jueves.

Luego las Madres se trasladarán al predio de la ex ESMA, donde funciona el espacio cultural Nuestros Hijos (ECUNHI) donde a las 19 quedará inaugurada la Galería de los Rostros de los Revolucionarios, una muestra de fotografías en movimiento de los hijos de desaparecidos.

Cerrará la conmemoración, un recital gratuito de la cantante Liliana Herrero.

Por su parte, las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora también realizarán su tradicional marcha alrededor de la Pirámide desde las 17 y hasta las 17.30 recordando los 32 años de su presencia histórica en la plaza.

"Ingenuamente creíamos que ese grupo de mujeres dolientes, angustiadas, desesperadas, seguramente iban a ser oídas; hoy seguimos en nuestras rondas sin saber aun que pasó con todos y cada uno de nuestros seres queridos", señala un comunicado de la entidad.

Luego, a las 18.30, las Madres invitan a ser acompañadas al cine Gaumont, en avenida Rivadavia 1635, donde se exhibirá el film Madres, con guión y dirección de Eduardo Félix Walger, con entrada gratuita.

CRONOGRAMA.

14:30: La Línea Fundadora realiza su tradicional ronda alrededor de la Pirámide hasta las 17.

15:00: La Asociación Madres de Plaza de Mayo organiza una jornada con alumnos de escuelas porteñas que, hasta las 18 en Plaza de Mayo, dibujarán y pintarán bajo la consigna "Los niños pintan la historia".

18:30: Línea Fundadora invita al cine Gaumont, frente a la Plaza de los Dos Congresos en Av. Rivadavia 1635, donde se exhibirá el film "Madres", con guión y dirección de Eduardo Félix Walger, con entrada gratuita.

19:00: La Asociación Madres de Plaza dejará inaugurada en el predio de la ex ESMA, donde funciona el espacio cultural Nuestros Hijos (ECUNHI), la Galería de los Rostros de los Revolucionarios, una muestra de fotografías en movimiento de los hijos de desaparecidos. Al cierre se realizará un recital gratuito de Liliana Herrero.

domingo, 26 de abril de 2009

Youtube le abrió los ojos a mucha gente

Chad Hurley

"YouTube le abrió los ojos a mucha gente"

Chad Hurley, uno de los creadores de este fenómeno, sostiene que más allá del consumo superficial y de algunos casos controvertidos -de pornografía o de contenido violento-, el sitio ha ampliado la discusión sobre política y otros temas sociales. El futuro del negocio, según su creador. Por Paul Nolan / IFA25.04.2009 "No teníamos expectativas, sólo estábamos pensando cómo mandarles videos a los amigos."

"No teníamos expectativas, sólo estábamos pensando cómo mandarles videos a los amigos."


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No todos los días se conoce a alguien que amasó una fortuna de alrededor de 250 millones de dólares, pero ese es el valor neto de Chad Hurley, CEO de YouTube. Hay que remarcar que Hurley –que co fundó YouTube con sus amigos y ex empleados de PayPal, Steve Chen y Jawed Karim- todavía está en los treinta. Como Mark Zuckerberg, que fundó Facebook a los 24 años, Hurley y sus socios en el negocio se las ingeniaron para trasladar su inteligencia tecnológica y el conocimiento de los intereses culturales de su generación a un fenomenal y exitoso negocio on line.

Segundo en una familia con tres hijos, Hurley nació cerca de Birdsboro, Pennsylvania, Estados Unidos. Su padre, consultor financiero; su mamá, maestra. Después de estudiar en la universidad de Indiana, se mudó a California para trabajar en PayPal, donde conoció a Chen y Karim. YouTube nació en 2005, cuando el trío quería compartir con amigos unos videos que habían hecho. Con los mails que volvían rechazados por el peso de los archivos y el posteo on line que también resultaba problemático, Hurley y compañía inventaron un sitio user-friendly que permitiera a la gente postear videos en minutos. You Tube —para el que Hurley diseñó el logo (algo que ya había hecho para PayPal)— rápidamente se convirtió en uno de los sitios más populares de Internet que recibe cientos de miles de videos por día. En octubre de 2006, YouTube se vendió a a Google por 1.650 millones.

Como con cualquier nuevo fenómeno de Internet, hubo polémicas. Por diferentes, razones, el sitio fue bloqueado en algunos países, incluidos China, Irán y Siria. Uno de los casos más bizarros fue el bloqueo en Brasil, cuando la VJ de MTV Daniela Cicarelli, ex novia de Ronaldo, inició acciones legales contra el sitio por el video de un paparazzo en el que se la veía teniendo sexo con el futbolista brasileño en una playa española.

Ronaldo mismo estuvo envuelto en un escándalo sexual cuando acusó a tres prostitutas travestis de querer extorsionarlo con la amenaza de postear —en YouTube, claro— el video de su supuesto encuentro masivo. También hubo problemas con videos que involucraban a menores y problemas de copyright, con juicios de Viacom o la Premier League del fútbol inglés. Google ha expresado que peleará el caso de Viacom —que pide mil millones de dólares de compensación— hasta la Corte Suprema, si es necesario.

Si Hurley está preocupado por estos acontecimientos, lo disimula muy bien. Se lo ve relajado y habla suavemente.

—Que YouTube se haya convertido en semejante fenómeno cultural masivo tiene que haber sobrepasado las expectativas iniciales.
—Superó todas las expectativas, porque realmente no teníamos ninguna. Fue una idea simple: estábamos solo pensando en resolver nuestros problemas con los videos on line. Teníamos videos en nuestras computadores que queríamos compartir con amigos, entonces nos metimos en el proceso de lo que nos estaba frustrando. Analizamos la funcionalidad de diferentes reproductores de video y formatos, y tratamos de simplificarlos. El proyecto empezó así, y a lo largo del camino notamos el potencial y empezamos a mostrárselo a más gente. Vimos la respuesta y fue creciendo día a día.

—¿En qué punto se dieron cuenta de que estaba volviéndose tan popular?
—Probablemente cuando habíamos subido alrededor de un millón de videos. Lo habíamos estado haciendo con un equipo relativamente pequeño, lo que ha terminado por construir el lugar en el que estamos hoy. Subimos cientos de millones de videos a diario y recibimos alrededor de diez horas de video por minuto. Nunca supimos hacia dónde nos llevaba semejante crecimiento, pero sabíamos que estaba ocurriendo algo más grande.

—¿Hacia dónde iban para hacer crecer el sitio más allá del núcleo de gente que siempre sigue la última tendencia on line? ¿Fue solo un fenómeno de boca a boca?
—Lo fue, y se volvió viral. Creo fue que por las soluciones simples que ofrecimos. Incluso si no participabas, si no subías un video, podías entrar y aprovechar un link, o un código para poner en tu sitio web o blog. El hecho de que se pudiera linkear hacia nuestro sitio nos expuso ante un
montón de gente.

—Una de las mejores características de YouTube es que le ha dado un nuevo canal a jóvenes realizadores, bandas, etcétera, para llegar a grandes audiencias. Debe ser uno de los más agradables resultados de este éxito.
—Sí, tenemos una gran audiencia que es única y especial. Es una audiencia global. Que la gente no sólo tenga una solución para subir videos, sino también una audiencia, es un dato convincente. Ésto, y el hecho de que puedas usar un motor de búsqueda regular para encontrar algo en un catálogo de videos, se conectan entre sí. Primero, tenés alguien que busca subir un video, y que
busca mostrarlo a la audiencia más amplia posible, y eso es lo que YouTube provee. Del otro lado, cuando alguien está buscando un video, quiere entrar en donde haya más videos, entonces termina en YouTube. Estos dos lados se complementan entre sí y conducen a este efecto natural de red.

—El sitio también permite una interacción más directa entre artistas reconocidos y su público. En una entrevista con el director de cine Paul Thomas Anderson, él decía que cuando estaba editando Petróleo sangriento, podía subir un trailer sin interferencias del estudio.
—Sí, no sólo los amateurs, también los profesionales se dieron cuenta de que tenían un nuevo soporte para testear ideas. Es un medio diferente, donde no está el programa completo o la película. Es con estos clips cotos que estás tratando de contar una historia y de captar en poco tiempo cuál es la reacción. Y es una manera diferente de enviar el mensaje. Los mismos usuarios están aprendiendo cómo contar sus historias, pero ellos son solo la punta del iceberg, en términos de la cantidad de gente que tiene los recursos, las herramientas y el conocimiento como para poner una buena historia usando el video. En los próximos años la calidad sólo puede mejorar y mejorar.

Sobre el genocidio armenio

Sobre el genocidio armenio

Por José Pablo Feinmann

El día 24 de abril ha sido declarado Día de acción por la tolerancia y el respeto entre los pueblos. Se eligió ese día en memoria del genocidio perpetrado por los Jóvenes Turcos contra el pueblo armenio. Fue el primer genocidio del llamado “siglo de los genocidios”, el veinte. Pero el genocidio armenio expresa una doble masacre: una en la realidad, otra en la memoria. Ha sido el genocidio olvidado. El genocidio que a nadie –salvo a ellos, que lo padecieron– le importa reivindicar, recordar. Fue tapado por el Holocausto, por la Shoah, algo que encierra una paradoja triste. El genocidio armenio sirvió a Hitler para convencer a sus subalternos de la necesariedad de la “solución final” y de la ausencia de costos morales o políticos que tendría. Sólo les preguntó: “¿Acaso alguien recuerda hoy el genocidio armenio?”. Esta ausencia de memoria disparó la realización de la masacre de los judíos, de los gitanos y de cualquier disidente político en los lager del Reich. Luego el Holocausto cubrió –al concentrar en sí todo el horror– a ese viejo genocidio de casi principios de siglo, de sombras, fue aprovechado para hundirlo en el olvido por quienes saben que el olvido es la posibilidad de todo genocidio. No hay una Ana Frank armenia. No hay una carita con la dulzura de la de Ana, una sonrisa que nos llene de ternura y de dolor como la de ella de ningún niño armenio. El jurista Carlos Rozanski dijo que él, de pibe, en su barrio de Boedo, solía ver, durante el mes de abril, un afiche que mostraba una hilera de cabezas (no de calaveras: de cabezas, lo que indicaba que habían sido recientemente segadas) sobre unos tablones. Una biblioteca macabra. Eran (si mal no recuerdo ahora) tres tablas que exhibían cabezas de armenios. Cabezas de armenios muertos. Fue, para él, su primer contacto con el genocidio de ese pueblo. Pero era difícil –para un chico– no sentir rechazo, un horror intolerable que empujaba a más a darse vuelta, a huir que a mirar. ¿Qué sucedía? Que ignorábamos qué era eso. Qué tenía que ver con nosotros. Salvo espantarnos. Con Ana Frank todo es distinto, hay otro mecanismo ante el horror que posibilita el acercamiento. El rostro de Ana es hermoso –es uno de los más hermosos rostros de una niña judía– pero el horror surge porque sabemos que Ana fue asesinada en Auschwitz. Unir la belleza de esa carita a una cámara de gas se vuelve intolerable.

Pero no era así con las cabezas de los armenios. Ahora sabemos –y cada vez lo sabremos más y más– por qué esa cabezas fueron puestas sobre esos tablones, fotografiadas, por qué ese afiche está pegado a esa pared, por qué eso sucede sobre todo en el mes de abril. Porque Turquía –entre 1915 y 1923– asesinó a 1.500.000 armenios en el primer genocidio del siglo XX, que, aunque sea llamado el siglo de los genocidios no por eso deberá creerse que podría ser llamado también el siglo del fin de los genocidios.

El jueves 23 de abril, en el Salón de Actos del Colegio Nacional de Buenos Aires, el juez federal Carlos Rozanski, el vicepresidente del Inadi (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) Pedro Mouratian, el senador Daniel Filmus y yo fuimos invitados para hablar sobre el genocidio armenio y su sentido. Un sentido que liga ante todo con el sentido que debe tener la existencia del hombre, su condición y la lucha contra el mal, la pulsión de muerte –invencible– que habita en él. “El bien y el mal –dijo alguna vez Dostoievski– están en lucha perpetua y el campo de batalla es el corazón del hombre.” (Lo cito a Dostoievski porque soy un cobarde que raramente se atrevería a escribir la frase: “El corazón del hombre”.) También –poderosamente– estuvo con nosotros la directora cinematográfica Carla Garapedian, que presentó fragmentos de su documental Screamers, que protagoniza una banda de rock ultra-heavy que lleva el nombre de System of a Down. El documental es magnífico y Garapedian hizo de él una presentación brillante. La banda System of a Down tiene potencia, golpea, grita: “¡Asesinos! ¡Mentirosos!” y esas palabras se dirigen a los negacionistas turcos pero también a todos quienes los acompañan en esa actitud miserable. Filmus –que no pudo estar– envió su palabra a través de un video y dijo con sinceridad lo que quería decir: el Gobierno reconoce el genocidio armenio (que Alfonsín fue el primero en reconocer en la Argentina, que Menem vetó en la década del ’90) y hará todo lo que le sea posible por su reconocimiento universal. Empecé, a mi turno, por recordar cómo Armenia, desde chico, había llegado hasta mí. Conocía la foto de las cabezas tronchadas, pero también iba a la Galería Belgrano, en Cabildo, a buscar discos o a mirar las novedades, muchas de las que no podía comprar porque tenía un dinero semanal que me daba mi viejo y no siempre me alcanzaba para los longplay anhelados. Estaba entrando en la música clásica, tenía el piano de casa y me gustaban los conciertos para ese instrumento que amé desde siempre. Un día descubrí el Concierto para piano de Aram Khachaturian. Era muy bueno. Me gustó muchísimo y conseguí tocar algunos pasajes del movimiento lento que –aún hoy– defendería ante tipos que saben diez veces más de música que yo, como Monjeau y Fischerman, y sospecho que no han de valorar a Khachaturian. Del modo que sea, el querible Aram fue el compositor armenio más célebre de su tierra (aun cuando se lo considerara “soviético”), subsistió dignamente bajo Stalin (no delató a nadie), su Danza de los sables hizo furor en los tragamonedas de Estados Unidos cuando la cantaron las Andrew Sisters y luego no hubo quien no la tocara (hasta hay una divertida versión de Ray Connif) y quien no se dejara seducir por su ballet Gayaneh, de 1942, y Spartacus de 1956, cuyo tema lírico se inspira hasta el plagio en el célebre blue Stormy Weather. Pero Khachaturian era, para mí, armenio. Y ya de grande me emocionó ver una foto suya en la que besa las manos de un Shostakovich muerto, reposando en su ataúd, en silencio después de tanta música genial. Dije mucho más pero nada que ya alguien no haya dicho antes. Sobre todo Freud en El malestar en la cultura: que le será difícil a Eros triunfar sobre la pulsión de muerte, que el hombre ha vivido entregado a la autodestrucción y a la destrucción y nada parece prever que habrá de sosegarse. Alguna vez –si puedo– escribiré un ensayo sobre el Mal, porque de eso se trata todo. “De eso” significa de su presencia constante, invencible, de su condición de hilo conductor de la historia humana, de su aplastante victoria sobre el bien, sobre la idea de un Dios bueno y no perverso o ausente. Hegel decía que la “historia avanza por su lado malo”. ¡Ah, las tentaciones de la dialéctica, ese poder para justificarlo todo, aun lo más injustificable! Si la historia “avanza por su lado malo” es porque la historia no avanza, persiste en su abismo, en su decurso insensato y catastrófico. ¿Dónde está la esperanza? La tenía a mi lado. La fe en el hombre estaba sentada al lado mío. Me di cuenta cuando empezó a hablar Carlos Rozanski. Es un juez federal, tiene cerca de 59 años, parece un pibe, lleva un pelo largo que le cae sobre la espalda, empilcha bien, derrocha simpatía, es generoso con quienes se le acercan, es judío y es el abogado que presidió el tribunal que condenó a Etchecolatz y al cura Von Wernich. (Un abogado judío que condena a un cura asesino no es un espectáculo frecuente en un país católico que aún sostiene, con el dinero de sus contribuyentes, a una Iglesia que, entre otras cosas, estuvo imperdonablemente lejos de condenar o denunciar a sacerdotes como Von Wernich sino que los amparó y, si fuera por ella o por la alta jerarquía vaticana que jamás le pidió algo diferente, seguirían libres.) Rozansky es un héroe civil de este país, es uno de esos tipos que le hacen a uno creer, no sólo en la condición humana sino en el ciudadano argentino, algo que se me hace excesivamente difícil a veces. Por suerte, no. Carlos Rozansky, en su sentencia a Etchecolatz, dice: “No estamos, como se anticipara, ante una mera sucesión de delitos sino ante algo significativamente mayor que corresponde denominar ‘genocidio’. Pero cabe aclarar que ello no puede ni debe interpretarse como un menosprecio de las diferencias importantes entre lo sucedido en Argentina y los exterminios que tuvieron como víctimas (más de un millón) al pueblo armenio (primer genocidio del siglo XX producido a partir de 1915), el de los millones de víctimas del nazismo durante la segunda guerra mundial o la matanza en Ruanda de un millón de personas en 1994, para citar algunos ejemplos notorios. No se trata de una competencia sobre qué pueblo sufrió más o qué comunidad tiene mayor cantidad de víctimas. Se trata de llamar por su nombre correcto a fenómenos que, aun con diferencias contextuales y sucedidos en tiempos y espacios distintos registran una similitud que debe ser reconocida. Es que, como concluye Feierstein al dar las razones por las que distintos procesos históricos pueden llamarse de la misma manera, utilizar el mismo concepto sí implica postular la existencia de un hilo conductor que remite a una tecnología de poder en la que la negación del otro llega a su punto límite: su desaparición material (la de sus cuerpos) y simbólica (la de la memoria de su existencia)”. (Rozanski hace mención al libro de Daniel Feierstein/Guillermo Levy, Hasta que la muerte nos separe. Prácticas sociales genocidas en América Latina, Ediciones Al Margen. Buenos Aires, 2004.) Y continúa: “Cuando el Estado desconoce el compromiso fundacional que le da origen, retaceando o negando información a sus propios jueces, secuestrando o deteniendo personas sin orden de juez competente, y desconociendo o negando ulteriormente su secuestro, torturando, mutilando y matando personas, e instalando –por medio del terror– una justicia complaciente, secuestrando y apropiándose de cosas ajenas sin justificación alguna, y negando información sobre estos procedimientos a la autoridad judicial, reniega de sus propios fines, su propia justificación teleológica, y se transforma en Estado ilegítimo, circunstancia que, desde el punto de vista del derecho, justifica la oposición y hasta la resistencia a su actividad por parte de las instituciones no estatales, de los partidos políticos y de los ciudadanos y de los habitantes que le dieron origen fundacional” (La Plata, septiembre 2006). Esas cabezas de armenios que Rozanski había visto de pibe en Boedo seguían en su conciencia. Ahora condenaba a sus asesinos. Que también habían actuado aquí. Tanto los Jóvenes Turcos como Etchecolatz y el cura Von Wernich participan de una misma aberración que, hoy, el mundo llama genocidio.

miércoles, 22 de abril de 2009

Tras la Conferencia contra el Racismo en la ONU

Tras la Conferencia contra el Racismo en la ONU
Boicotear la denuncia del racismo


Pascual Serrano
Rebelión

El pasado 20 de abril, los embajadores europeos en la ONU abandonaron la Conferencia Mundial sobre el Racismo de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que se celebraba en Ginebra, indignados para protestar por las palabras del discurso del presidente iraní Mahmud Ahmadineyad. Veamos lo que dijo Ahmadineyad:

"A los distinguidos presentes quiero expresarles mi posición. Desde la Segunda Guerra Mundial, y bajo el pretexto del sufrimiento del pueblo judío, y utilizando inadecuadamente el holocausto, ellos han reiterado sus agresiones militares contra una nación entera de palestinos. Ellos, siendo inmigrantes de Europa, EEUU y otras partes del mundo, han establecido un gobierno totalmente racista en la ocupada Palestina. Bajo la excusa de comprensión del racismo y sus consecuencias en Europa, los israelíes llevaron el gobierno más cruel y racista a otras partes del mundo como lo es Palestina (se van de forma coordinada los delegados europeos) Las raíces del ataque de EEUU a Iraq y su invasión de Afganistán están en la arrogancia de la anterior Administración de EEUU y la presión impuesta por poderes descontrolados para expandir su influencia en los intereses del complejo industrial y fabricantes de armamento. (En ese momento abandonan la sala varios diplomáticos, entre ellos el español).

Creemos en la necesidad de un mundo nuevo, con un cambio de políticas y conductas. Los representantes que acaban de abandonar la sala son una minoría, les recomendamos aumentar su capacidad de tolerancia. Todo debe estar basado en el respeto mutuo y la justicia."

Ya antes del inicio de la Conferencia, Israel, Estados Unidos, Italia, Australia, Canadá, Polonia, Alemania, Holanda y Nueva Zelanda se negaron a participar porque sabían que Israel iba a recibir duras críticas. La salida de otros representantes, en su mayoría europeos, durante el discurso del presidente iraní nos debe llevar a pensar y pedir explicaciones sobre qué había en él que les parecía intolerable y que merecía ese plantón.

Una de las cosas que se pudo saber es que el boicot estaba ya planificado. Así lo reconoció el embajador sueco ante ONU Hans Dahlgren a la agencia de cables noticiosos TT y publicadas en la web del canal de televisión SVT: "El sentido (de las palabras de Ahmadinejad) era que Israel es un régimen racista. Lo escuchamos en inglés o en francés, pero como él habla persa y no existía una versión escrita (del discurso) (...) entonces teníamos acordado que si se decía eso, ya no nos íbamos a quedar (en la sala)".

El embajador español ante la ONU, Javier Garrigues, fue uno de los diplomáticos que abandonó la sala. Siguió la consigna dada por la presidencia checa de la UE, que previó dar el plantón a Ahmadineyad pero volver después para continuar con la conferencia. "El presidente ha hablado de un Estado racista y por eso nos hemos ido", aseguró Garrigues. "Esta retórica inflamatoria no tiene de ninguna manera cabida en una conferencia de la ONU”, afirmó.

Lo curioso es que pasó desaperciba una declaración del presidente de la Asamblea General, Miguel d'Escoto, el 24 de noviembre pasado relativa al tema titulado "Cuestión de Palestina". En ella, habló de “cuánto se asemejan las políticas israelíes en el territorio palestino ocupado al apartheid que existió en otra época y otro continente”. Y añadió lo siguiente:
"Creo que es muy importante que nosotros, en las Naciones Unidas, usemos este término. No debemos tener miedo de llamar a las cosas por su nombre. Después de todo, fueron las Naciones Unidas las que aprobaron la Convención Internacional sobre la Represión y el Castigo del Crimen de Apartheid y mostraron claramente a todo el mundo que este tipo de prácticas de discriminación oficial deben prohibirse en todos los casos.

Hoy escuchamos a un representante de la sociedad civil de Sudáfrica. Sabemos que en todo el mundo hay organizaciones de la sociedad civil que trabajan para defender los derechos de los palestinos e intentan proteger a la población palestina, cosa que nosotros, las Naciones Unidas, no estamos haciendo.

Hace más de veinte años, las Naciones Unidas tomaron la iniciativa de la sociedad civil y acordaron que era necesario imponer sanciones para presionar de una forma no violenta a Sudáfrica para que pusiera fin a las violaciones que estaba cometiendo.

Hoy, quizás deberíamos examinar la posibilidad de que las Naciones Unidas sigan el ejemplo de una nueva generación de la sociedad civil, que pide que se adopte una campaña no violenta similar de boicot, desinversión y sanciones dirigida a presionar a Israel para que deje de cometer violaciones de los derechos humanos."

¿También se hubieran ido los representantes europeos al escuchar esto?

Podemos ir también más atrás en el tiempo. La denuncia del racismo contra los palestinos ya se escuchó en la primera Conferencia de la ONU contra Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia en septiembre de 2001, en Durban (Sudáfrica). Allí fue el entonces presidente de Cuba Fidel Castro quien afirmó lo siguiente:

"Póngase fin cuanto antes al genocidio del pueblo palestino, que tiene lugar ante los ojos atónitos del mundo. Protéjase el derecho elemental a la vida de sus ciudadanos, de sus jóvenes y sus niños. Respétese su derecho a la independencia y a la paz, y nada habrá que temer de los documentos de las Naciones Unidas.

Conozco bien que, en busca de alivio a la situación terrible en que se encuentran sus países, muchos amigos africanos y de otras regiones sugieren la prudencia necesaria para obtener algo en esta Conferencia. Los comprendo, mas no puedo renunciar a la convicción de que cuanto con más franqueza se digan las verdades, más posibilidades habrá de que se nos escuche y se nos respete. Siglos de engaño son más que suficientes."

Pero veamos si Israel es o no un estado racista. Antes y después de la fundación del Estado de Israel en mayo de 1948, las milicias sionistas obligaron a desplazarse a unas 750.000 personas, todas de etnia árabe y habitantes autóctonos de la zona. Para ello destruyeron más de quinientas ciudades y pueblos y perpetraron masacres indiscriminadas de civiles desarmados, como la de Deir Yashin, en la que asesinaron a sangre fría a 254 mujeres, niños y ancianos. Con ello, Israel se apropiaba por la fuerza de 78% del territorio de la Palestina histórica bajo el Mandato Británico cuando legalmente la ONU sólo le asignó el 55 %, y eso a pesar de que sólo componían un tercio de la población y de que habían anunciado lo que ahora llamamos “limpieza étnica” en las zonas que les correspondieran. Después de esto, unas 150.000 personas que lograron permanecer en el nuevo Estado judío de Israel pasaron a convertirse en lo que denominan “árabes-israelíes”, aunque no por ello gozaran de todos los derechos de la ciudadanía ya que quedarían bajo jurisdicción militar hasta el 67. Los 800.000 árabes-israelíes de la actualidad, descendientes de aquellos, no son por tanto considerados ciudadanos, sino extranjeros sin derechos sobre el territorio y se les discrimina sistemáticamente.

La llamada “única democracia de Oriente Medio” niega desde 1967 el derecho a una nacionalidad a más de tres millones y medio de personas que viven en los Territorios Ocupados (casi la mitad en campos de refugiados), y con ello pierden todo derecho a exigir derechos, a la vez que otros seis millones de personas han sido condenadas al exilio y viven en su mayoría en campos de refugiados en Jordania, Líbano y Siria. En los Territorios Ocupados las normas que rigen son más de dos mil ordenanzas militares que regulan todos los aspectos y subordinan por completo la vida de los tres millones y medio de árabes-palestinos a la de los aproximadamente trescientos ochenta mil colonos judíos que se han instalado allí.

Amnistía Internacional, en el informe titulado ‘El racismo y el Ministerio de Justicia’, difundido en 2001, dejaba en evidencia el racismo de la “democracia” israelí:

"En Israel, por ejemplo, varias leyes son explícitamente discriminatorias. Todo se remonta a la fundación del Estado de Israel en 1948, la cual, impulsada en principio por el genocidio racista sufrido por los judíos en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, se basaba en la premisa de un Estado judío para el pueblo judío. Algunas las leyes de Israel reflejan este principio y, en consecuencia, discriminan a los no judíos, en concreto a los palestinos que han vivido en estas tierras generación tras generación. Varias secciones de las leyes israelíes discriminan a los palestinos. La Ley del Retorno por ejemplo, ofrece la ciudadanía israelí automáticamente a los inmigrantes judíos, mientras que a los refugiados palestinos que nacieron y crecieron en lo que ahora es Israel se les deniega incluso el derecho a regresar a su hogar. Otros puntos garantizan explícitamente un trato preferente a los ciudadanos judíos en esferas como la educación, la vivienda pública, la salud y el trabajo. [1]"
Israel no tiene Constitución, en la web del Parlamento israelí se señala que “todas las leyes orgánicas, todas juntas constituirán, con una introducción apropiada y diversas normas generales, la Constitución del Estado de Israel”. El estudio elaborado por el intelectual palestino Mazin Qumsiyeh [2] sobre la legislación israelí señala que “los no judíos no pueden formar parte de la nación de Israel o Am Yisrael (el pueblo de Israel), aunque sean ciudadanos del Estado. Es importante enfatizar este punto. Para la ley israelí todos los judíos, independientemente de aspectos culturales, genéticos o de ciudadanía, tienen la consideración de nativos israelíes, un miembro de Am Yisrael y tienen derecho a beneficiarse automáticamente de la residencia, de vivir en el autoproclamado Estado Judío. La legislación israelí establece cómo se adquiere la nacionalidad [3] . Así, se observa que un palestino nacido en un pueblo de Galilea expulsado en 1948 no cumple los requisitos, de forma que existe la categoría de ciudadano nacional o ciudadano no nacional. Los que son ciudadanos pero no nacionales (como los palestinos que se quedaron tras las expulsiones de 1947-1949) no se pueden beneficiar de ninguna de las instituciones y privilegios reservados a los nacionales. De esta forma, los palestinos que no podían llegar a ser ciudadanos tenían su propiedad asignada a los judíos de acuerdo con las ‘Leyes de los ausentes’, promulgadas en 1950. Lo curioso es que mucho de esos “ausentes” son “ausentes presentes”, se trata de aquellos palestinos que permanecieron dentro de las fronteras del Estado. El resultado es el régimen de apartheid vigente en la actualidad. Según la ley israelí, fundamentada en su ideal de “Estado del pueblo judío”, un inmigrante sionista europeo tiene total derecho a vivir en un asentamiento en Hebron, mientras un palestino de la misma ciudad puede verse forzado a emigrar debido a todas las restricciones que se imponen al campo social y económico de la zona para brindar seguridad a los fundamentalistas habitantes de los ilegales asentamientos [4] . Esa distinción entre judío y no judío es lo que brinda la base para hablar sobre la existencia de un sistema de apartheid en Israel, donde el hecho de tener una religión específica determina el derecho a la salud, la educación, la continuidad territorial, la libertad religiosa y el acceso al agua, entre otros.

La población palestina está sometida a un régimen de ocupación militar que concede derechos distintos, empezando por el derecho a voto, a personas que habitan en el mismo territorio, según su religión. Para los palestinos, ocupación no solo ha significado muerte, sino un sistema de discriminación racial que domina absolutamente todos los aspectos de sus vidas: ¿Qué se diría hoy por ejemplo si es que un país tuviese como política oficial la expropiación de tierras de judíos, o simplemente prohibiese que un ciudadano de su país pueda asentarse en éste si se casa con una judía? Claramente se hablaría de un flagrante caso de discriminación, de antisemitismo y seguramente, de sanciones internacionales en contra de ese país, como durante el apartheid sudafricano. Veamos varios ejemplos de la restricción de derechos a los ciudadanos no judíos del Estado de Israel y cómo se consolidan por medio de la legislación israelí y de una serie de instituciones [5]:

A) Fondo Nacional Judío: El 90% de las tierras de Israel pertenece a esta institución, que según sus estatutos no puede ni vender, arrendar, o siquiera permitir que esa tierra sea trabajada por un “no judío”.

B) Ley de Nacionalidad: Establece claras diferencias en la obtención de la ciudadanía para judíos y no judíos.

C) Ley de Ciudadanía: Ningún ciudadano israelí puede casarse con un residente de los Territorios Ocupados de Palestina; en caso de realizarse la unión, se pierden los derechos ciudadanos en Israel y la familia si no es separada, debe emigrar.

D) Ley de Retorno: Cualquier judío del mundo puede ser ciudadano israelí. En el caso de los ciudadanos palestinos del estado de Israel que tienen familiares en el extranjero, éstos no pueden obtener el mismo beneficio sólo por el hecho de que no son judíos.

E) Ley del Ausente: Declara ausentes a cualquiera que estuviera fuera de su casa, dentro de las fronteras de Israel o en un Estado vecino, después del 29 de noviembre de 1947, o ese mismo día, y en consecuencia sus tierras y sus casas pasan a ser propiedad judía. Paradójicamente, nunca se ha expropiado la tierra de un judío y la mayoría de ella se les ha expropiado a los palestinos.

Otro ejemplo del carácter religioso del estado israelí que lo hace incompatible con un Estado de derecho democrático es que según la legislación “no podrán concurrir a las elecciones al Parlamento aquellas listas de candidatos cuyas intenciones o acciones nieguen la existencia de Israel como el Estado del pueblo judío”. Con esta ley pasa a ser claramente ilegal el hecho de solicitar cambios en la legislación para poder cuestionar el concepto de Estado de una comunidad religiosa, no aceptar el concepto de un Estado del ‘pueblo judío’, o tratar de convertir a Israel en el Estado de todos sus ciudadanos [6] . Nadie se atrevería a afirmar que una democracia puede ser compatible con un régimen de apartheid, sin embargo en Israel hay carreteras distintas para los israelíes y para los palestinos. El mundo se indigna cuando recuerda que en Sudáfrica los negros debían viajar en los asientos de atrás de los autobuses, pero en Israel si un palestino utiliza una de las carreteras reservadas a los israelíes es detenido y condenado a seis meses de prisión. Esto afecta incluso a los que han vivido siempre en esos territorios, por ejemplo los aproximadamente trescientos cuarenta mil que viven en Jerusalén Este [7] .

No solamente todo esto es silenciado y cuenta con la complicidad de los gobiernos europeos, sino que cuando en un lugar como la ONU es denunciado por un presidente, los “diplomáticos” europeos abandonan la sala. Vale la pena observar las explicaciones de los europeos para justificar su abandono de la sala. El embajador británico ante la ONU Peter Gooderham afirmó que "esta retórica inflamatoria no tiene de ninguna manera cabida en una conferencia de la ONU sobre el racismo y cómo combatirlo". Por su parte, el presidente francés, Nicolas Sarkozy calificó la intervención de Ahmadineyad de un "discurso de odio".

Los europeos –y por supuesto israelíes y estadounidenses- hubieran deseado una Conferencia de palabras vacías, una oda a la igualdad de las razas, un anuncio de Benetton quizás. Pero existen muchas voces que cuando se habla de racismo quieren señalar al racista, como se hizo antes con Sudáfrica. La hipócrita Europa no lo pudo soportar. Con ello, sus gobiernos han superado su miseria y complicidad con el racismo, han pasado de permitirlo a boicotear su denuncia.

Nota:

La información sobre el carácter racista del estado israelí procede del libro de Pascual Serrano “Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo”, de próxima aparición este mes de mayo en la editorial Península.

www.pascualserrano.net


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[1] Informe de Amnistía Internacional, de 2001: Racism and the Administration of Justice (Racismo y el Ministerio de Justicia)

[2] Qumsiyeh, Mazin. Compartiendo la Tierra de Canaán (Capítulo 7). Pluto Press 2004. Ver http://www.rebelion.org/noticia.php?id=47137

[3] Ver http://www.israel.org/MFA/Facts%20About%20Israel/State/Acquisition%20of%20Israeli%20Nationality

[4] Abu Eid, Xavier, Jurisdicción y Legitimidad: Claves para entender el conflicto Palestina/Israel. Rebelion.org 28-8-2006. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=36692

[5] Abu Eid, Xavier, Jurisdicción y Legitimidad: Claves para entender el conflicto Palestina/Israel. Rebelion.org 28-8-2006. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=36692

[6] Capítulo 7 del libro Compartiendo la Tierra de Canaán, de Mazin Qumsiyeh. Pluto Press 2004 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=47137

[7] Ramonet, Ignacio. “Por una resistencia de masas no violenta contra Israel”. Entrevista con el líder palestino Mustafá Barghouti. Le Monde Diplomatique. Mayo 2008


Textos relacionados:

Conferencia sobre el Racismo
Europa: la dignidad de la sumisión

Santiago Alba Rico

Discurso completo del presidente Ahmadineyad durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre el racismo, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=84241

¿Por qué Las venas abiertas?

¿Por qué Las venas abiertas?

Por Emir Sader *

¿Por qué Hugo Chávez escogió el libro Las venas abiertas de América latina para regalarle al nuevo presidente de Estados Unidos? Porque es uno de los libros esenciales para entender a América latina y a los propios Estados Unidos. “La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar v le hundieron los dientes en la garganta.”

Un libro que asienta la comprensión de nuestra América en los dos pilares que articulan nuestra violenta inserción subordinada al mercado capitalista internacional: el colonialismo y las dos más grandes masacres de la historia de la humanidad, la aniquilación de los pueblos indígenas y la esclavitud. El capitalismo llegó a estas tierras chorreando sangre, mostrando a lo que venía. No a traer civilización fundada en las armas y el crucifijo, sino opresión, discriminación, explotación de los recursos naturales y los seres humanos.

El proceso de colonización, que cambió de forma con el paso a la explotación imperial, es el fundamento, el tema central y el nombre del libro: “Es América Latina, la región de las venas abiertas. Desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos. El modo de producción y la estructura de clases de cada lugar han sido sucesivamente determinados, desde fuera, por su incorporación al engranaje universal del capitalismo”.

Las venas demuestran fehacientemente cómo “...el subdesarrollo latinoamericano es una consecuencia del desarrollo ajeno, que los latinoamericanos somos pobres porque es rico el suelo que pisamos y que los lugares privilegiados por la naturaleza han sido malditos por la historia. En este mundo nuestro, mundo de centros poderosos y suburbios sometidos, no hay riqueza que no resulte, por lo menos, sospechosa”.

“Con el paso del tiempo, se van perfeccionando los métodos de exportación de las crisis. El capital monopolista alcanza su más alto grado de concentración y su dominio internacional de los mercados, los créditos y las inversiones hacen posible el sistemático y creciente traslado de las contradicciones: los suburbios pagan el precio de la prosperidad, sin mayores sobresaltos, de los centros.” “Ya se sabe quiénes son los condenados a pagar las crisis de reajuste del sistema. Los precios de la mayoría de los productos que América latina vende bajan implacablemente en relación a los precios de los productos que compra a los países que monopolizan la tecnología, el comercio, la inversión y el crédito.”

El presidente de Estados Unidos dijo, con razón, que la reunión de Trinidad-Tobago demostrará su significado por los efectos concretos que tenga. Ningún efecto será más importante que las consecuencias que él –y tantos otros mandatarios latinoamericanos– saquen de la lectura de Las venas abiertas de América latina, de nuestro mejor escritor, Eduardo Galeano. Las verdades de sus páginas se han confirmado al trasformarse el libro en prueba irrefutable del carácter subversivo del que fuera agarrado con un ejemplar en su casa, durante las dictaduras militares latinoamericanas.

Pero por la fuerza de sus verdades es por lo que este libro latinoamericano merece estar en cualquier lista de lecturas indispensables, hechas o por hacer. Es el mejor regalo que un latinoamericano le puede dar al presidente de Estados Unidos, a todos y a cualquier norteamericano, a todos los latinoamericanos, por lo que descifra de nuestra historia y de nuestra identidad, de nuestro pasado y de nuestro presente.

* Filósofo y politólogo brasileño. Director de Clacso.

martes, 21 de abril de 2009

Klimovsky por Klimovsky

Klimovsky por Klimovsky

Este diario publicó el 28 de noviembre de 2005 una conversación de Leonardo Moledo con Gregorio Klimovsky en la que el científico describe su vida en la universidad, que es decir la historia misma de la universidad en el país. Aquí, como homenaje, fragmentos de esa charla.


Por Leonardo Moledo

–¿Cómo fue que se dedicó a la lógica? ¿Cómo es su historia?

–Yo soy un tipo que tenía varias vocaciones y que de alguna manera procedió en forma autodidacta. A mí, lo primero que me capturó fue la matemática. Julio Rey Pastor se dio cuenta de que en mí había algo y me apoyó enormemente y me hizo estudiar cosas. Yo había cometido el error de ir a Ingeniería, creyendo que para saber matemática había que seguir Ingeniería, hasta que me di cuenta de que no tenía nada que ver una cosa con la otra. Por consejo del mismo Rey Pastor me pasé de carrera y me dediqué a la matemática, pero por cuestiones de trabajo y por cuestiones políticas no pude terminar el profesorado de matemáticas y la licenciatura. En realidad, yo procedí como autodidacta. Lo que pasa es que yo tenía vocación filosófica además de matemática y a mí me interesó saber cómo se fundamentaba la matemática y ahí fue cuando me acerqué a la lógica y empecé a estudiar solo y después con Rolando García, al que le había pasado exactamente lo mismo.

–Por lo visto, llegó a saber bastante.

–Sí. Yo creo que fui la primera persona que se dedicó de modo intensivo a la lógica y que después de alguna manera la enseñó y ésa fue mi forma de descubrir: curiosamente, de modo casi histórico, leí a Peano y poco a poco me fui acercando hasta Bertrand Russell; fui enterándome de la lógica siguiendo un poco su propia evolución histórica, como había sucedido. Cosa que es buena en realidad.

(...)

–¿Qué fue para usted la época de oro (’55–’66) y la época en que fue decano?

–La época de oro fue una experiencia inolvidable. Creo que no tengo ninguna, salvo cuestiones personales, que sean de tanta intensidad emocional y comparables a lo que era vivir las aventuras de entonces. Ahí se presentaron varias cosas desde el punto de vista de mi vida. Primero estaba la cuestión de la organización de la universidad y su funcionamiento.

–Usted estaba en el consejo directivo de la Facultad de Ciencias Exactas, que fue la que más brilló.

–Exactas brilló por varias razones. En primer lugar se presentó allí una coyuntura peculiar, que era Rolando García, el decano, un hombre muy inteligente, realmente, de mucho valor científico, que había sido director de la Dirección de Meteorología y había realizado una cantidad enorme de estudios, no solamente en cuestiones de meteorología, sino también de matemáticas, de lógica matemática y de epistemología y consiguió formar un grupo de gente que lo acompañó, un equipo realmente notable, con muchas ganas de discutir, pelear. Rolando García era muy hábil para conseguir dinero, de muchas fuentes, alguna de las cuales provocaron líos con los estudiantes, como la Fundación Ford. Hubo una exposición de libros científicos norteamericanos que se organizó en la facultad donde los alumnos entraron y rompieron todo. Y hubo dos cosas fundamentales: la compra de la computadora, que permitió la creación de la carrera de Computación, y el Instituto de Cálculo para hacer investigaciones y la construcción del edificio de Núñez. Y que la investigación fuera reconocida como un factor de urgente necesidad en la universidad. Vinieron profesores extranjeros, se becó mucha gente para ir al extranjero y mucha beca estudiantil para que la gente pudiera de alguna manera estudiar. Y la facultad se transformó –según mi opinión– si no en la mejor, en una de las mejores facultades en ese tipo de tema en toda América latina. ¿Entiende por qué tanto entusiasmo, tanta dedicación y por qué realmente fue una época de oro?

–Sí, creo que sí.

(...)

–Tuvimos una guerra continua, que perdimos. Nosotros creíamos que la universidad tenía que meterse en política en el sentido que tenía que denunciar abusos o tener solidaridad con quienes lo merecían.

–Y lo hacían.

–Sí, claro. Hubo muchas cosas que ofendieron a los conservadores y ofendieron a los militares. Hay que reconocer que algunas eran razonables, porque eran incidentes cometidos por esta izquierda loca que es muy especialista a veces en armar líos destructivos.

–¿Por ejemplo?

–La que fue más perjudicial: en un homenaje a Roca, que organizó el Ejército, justo enfrente de la antigua facultad, en Alsina y Perú, tres pibes se subieron a la terraza y tiraron monedas donde estaba Onganía, que en aquel momento era el comandante en jefe del Ejército. Parece que eso fue una ofensa tan grande que detrás de los propósitos ideológicos que podía tener Onganía había un fastidio, una bronca negra por así decirlo.

–Bueno, en la Noche de los Bastones Largos se notó.

–No fue lo único. Estuvo también el lío de Santo Domingo, y un coronel Caamaño que se había hecho presente para tomar el poder y que finalmente fue vencido por las huestes que de-sembarcaron desde EE.UU. La cuestión es que EE.UU. estaba muy interesado en que Argentina se metiera también en esa expedición para que la cosa tuviera un aspecto más internacional y no privativo de EE.UU., y nosotros fuimos a ver a Illia, que en aquel momento era el Presidente y que estaba prácticamente convencido de mandar una fuerza militar, pero lo convencimos de que no. El Ejército supo que hubo una entrevista con la universidad, que había convencido a Illia de que no se enviara el Ejército a Santo Domingo. Eso fue también terrible para nosotros. Y bueno, eran demasiados episodios, y cuando se produjo el golpe de Estado de Onganía, pasó lo que pasó.

–¿Y usted qué hizo?

–Me iba a ir del país. Ya tenía un ofrecimiento de la Universidad de Concepción en Chile y había un ligero ofrecimiento también de Uruguay, a donde había ido Sadosky. Pero me sucedió una de las tantas cosas raras que pasaron en mi vida, donde varias vocaciones disfrutaban una con respecto a la otra.

(...)

–Y eso duró hasta que un día vinieron los montoneros y ocuparon el edificio, lisa y llanamente. No nos echaron inmediatamente. Nos dejaron un lugarcito, pero a la noche ya no se podía trabajar en un edificio que estaba ocupado por los montoneros por razones bastante obvias.

–Después se restaura la democracia y usted vuelve a la universidad.

–Hay una cosa complicada que hay que recordar de aquel entonces. Y es que durante el intervalo que hay entre la caída de la dictadura de Onganía y hasta la aparición del otro golpe, el de Videla, hubo un momento en que los montoneros se quedaron con la universidad, estaba como rector en un momento determinado Villanueva, que anda dando vueltas por ahí. Fue un período inaguantable, porque estos chicos tenían las ideas más extrañas acerca de cómo se deben enseñar las ciencias y de cómo formar a los alumnos. Por de pronto decían que no había que separar práctica de teoría. Lo cual podía ser una idea, pero para hacerlo hay que hacerlo bien, cosa que no se hizo, porque además eran presocráticos.

(...)

–Eso duró muy poquito porque enseguida vino la intervención de Ottalagano y el fascismo más duro, aun antes de Videla. ¿Y allí usted qué hizo?

–Y, me quedé afuera. Me echaron olímpicamente. Tanto de acá como de La Plata, lo cual era perfectamente lógico.

–Después viene el ‘76 y usted, ¿qué hizo en todo ese período tan oscuro?

–Bueno, seguía trabajando con clases particulares y con los psicoanalistas y metido en muchas organizaciones políticas. Yo no fui fundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, me incorporé a los 2 o 3 meses. Nos reuníamos en iglesias, evangelistas especialmente, cosa realmente notable, y ahí conocí por primera vez a Alfonsín, que sí era uno de los fundadores, y mucha otra gente como Alfredo Bravo o Simón Lázara.

(...)

–Y cuando se volvió a la normalidad fui designado decano de Exactas, pero al mismo tiempo me habían nombrado miembro de la Conadep. Lo de la Conadep no era ningún chiste, era una ocupación muy complicada. Y, como decano, tenía que ocuparme de la universidad, lidiar con los enemigos de afuera y con los grupos reaccionarios de adentro y con el propio rector normalizador.

–¿Cuánto duró como decano?

–Dos años.

–¿Y qué pudo hacer?

–Bastante. Concursos de profesores, recuperamos profesores que habían quedado afuera en la época dictatorial, con lo cual se volvió a formar un grupo bastante grande de gente muy competente, algunos de los cuales fueron directores de departamento y odiados por los profesores que había nombrado la dictadura, con lo cual empezó una campaña tratando de demostrar que algunos de ellos eran comunistas, como Maldonado, el biólogo, porque había imaginado que terminado un curso se pedía a los estudiantes que contestaran anónimamente qué les habían parecido los cursos. Eso era comunismo.

(...)

–Se volvió de alguna manera a organizar institutos, fue muy interesante volver a poner en orden el Instituto de Bioquímica, que tenía Leloir, y él aceptó que fuera al mismo tiempo instituto de la facultad, se subió nuevamente la calidad de lo que se estaba enseñando, se crearon cosas que cuando me alejé del decanato la gente del rector se encargó inmediatamente de destruir, que fue un Instituto de Epistemología, un departamento, y un departamento de pedagogía universitaria. Intentamos hacer algo que fuera compatible con el ingreso irrestricto, pero bueno, (Francisco) Delich...

–Lo echaron por enésima vez.

–Sí, yo en realidad tenía un record. Me echaron nueve veces de la universidad. Así que sobre ese problema y lo que se siente sé bastante. La única diferencia es que, en las primeras veces, me dolió porque yo tenía mucha vocación docente y me gustaba mucho la cátedra universitaria. Pero la novena vez que me ocurrió ya me causó gracia.

–¿Y ahí volvió a las clases particulares?

–Yo tenía bastantes recursos, pero volví a las clases particulares, efectivamente. En realidad una cosa curiosa que ocurrió en Argentina es que esa universidad de catacumbas que se había formado cuando el golpe de Onganía, no dejó de existir nunca.

lunes, 20 de abril de 2009

El científico Stephen Hawking, hospitalizado "muy enfermo"

El científico Stephen Hawking, hospitalizado "muy enfermo"

El anuncio lo ha hecho un portavoz de la Universidad de Cambridge, de la que el físico es profesor



El científico británico Stephen Hawking, de 67 años, ha sido ingresado de urgencia en un hospital de Cambridge (Reino Unido), donde es profesor de Matemática Aplicada y Física Teórica en la Universidad de Cambridge desde hace más de 30 años. "El profesor Hawking está muy enfermo y ha sido llevado en ambulancia al hospital de Addenbrooke", ha informado un portavoz del centro académico, que no ha explicado los motivos de su internamiento.


La novela de Hawking
Stephen William Hawking

A FONDO
Nacimiento: 08-01-1942 Lugar: Oxford

Una fuente que cita la agencia de noticias Reuters asegura que Hawking lleva enfermo un par de semanas y que su estado de salud empeoró desde su regreso de un viaje reciente a Estados Unidos. Según la fuente, el científico padeció hace tiempo una neumonía y su hospitalización podría estar relacionada precisamente con problemas respiratorios.

Hawking es conocido sobre todo por su estudio de los agujeros negros, la cosmología y la gravedad cuántica, y es considerado uno de los principales científicos del mundo. Logró el reconocimiento de la comunidad científica internacional con la publicación del libro Una Breve Historia del Tiempo en 1988, una cautivadora explicación de los orígenes del Universo. Considerado una autoridad en ciencia, los expertos recurren a menudo a él para que bendiga los nuevos descubrimientos en Astronomía y Física. Sus conferencias por todo el mundo son constantes para trasladar tanto a mayores como a jóvenes sus profundos conocimientos científicos.

El director del departamento de Matemática Aplicada de la Universidad de Cambridge, Peter Haynes, ha expresado su esperanza de que el divulgador se recupere. "Todos esperamos que vuelva a estar entre nosotros muy pronto", ha señalado.

Aquejado de una enfermedad neuronal motora desde que tenía 21 años, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que le mantiene postrado en una silla de ruedas prácticamente paralizado, Hawking habla a través de un ordenador con sintetizador de voz. El profesor, que deberá abandonar la famosa Cátedra Lucasian de la Universidad de Cambridge a los 70 años, ha estado casado dos veces y tiene tres hijos de su primera esposa. Entre los muchos galardones que ha recibido, figura el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, que se le concedió en 1989.

“El evangelismo está llegando a las clases medias”

“El evangelismo está llegando a las clases medias”

Las diversas ramas del protestantismo fueron ganando millones de adeptos en todo el mundo, a veces escudadas en el vínculo directo con la divinidad y otras en el más puro marketing. César Ceriani Cernadas, doctor en Antropología por la Universidad de Buenos Aires y especialista en religiones, traza un arco que va desde los mormones hasta la Iglesia Universal del Reino de Dios y analiza un fenómeno que, en Argentina, ya está comenzando a echar raíces en la clase media.

Por Leonardo Moledo y Nicolás Olszevicki

–¿Por qué no nos cuenta un poco de qué se trata todo esto que se cuenta arriba?

–Toda mi carrera ha estado un poco ligada a lo que podríamos llamar el costado heterodoxo del protestantismo norteamericano y las unidades religiosas como los mormones, que tienen una trayectoria bastante amplia y que se han caracterizado por un fuerte énfasis en la evangelización.

–¿Hay muchos mormones acá?

–En Argentina, más o menos. Ese es un tema del que habría que hablar: las estadísticas. Anotados como miembros de la Iglesia, bautizados, hay algo más de 300 mil.

–Los mormones son la Iglesia de los Ultimos Días, ¿verdad?

–Exacto. Siempre estuve vinculado a ese campo de las heterodoxias religiosas del protestantismo, su difusión en Argentina, en Latinoamérica (especialmente la mormona). Pero también trabajé con otros proyectos dentro del campo de la antropología-sociología de la religión con grupos llamados esotéricos...

–Bueno, cuénteme qué pasa con los evangélicos en la Argentina. ¿Crecieron? ¿La Iglesia Católica está alarmada?

–Eso es muy interesante, porque es evidente para todos los analistas que de 20 años a esta parte ha habido cierta reestructuración en el campo religioso nacional. Es decir, muchas congregaciones que ya estaban presentes en el país en los años ’50 y ’60 (evangélicos, pentecostales) comienzan a hacerse más visibles, a adquirir más notoriedad y también a tener más gente en sus cultos. Eso cambió un poco el panorama. Estudios sobre Latinoamérica, más regionales, también parecen evidenciar esta especie de cambio religioso, aunque se mantenga una presencia de la Iglesia Católica muy fuerte en el plano institucional. La incidencia de la Iglesia Católica en la arena nacional, en las cuestiones que tienen que ver con la política y la sociedad, sigue estando muy presente, mientras que lo que está más relacionado con lo espiritual, con la profesión de fe, decrece bastante.

–¿Y a qué se debe?

–Como todo fenómeno social, hay muchos factores. Podemos pensar en cierta anomia social, sobre todo en los contextos donde se difunde tanto el evangelismo, como en las comunidades andinas o preandinas (en Catamarca, por ejemplo). Una alumna mía hizo un trabajo en Antofagasta de la Sierra sobre la difusión del evangelismo, y encontró que mucha gente que se convierte está a la espera de tener una participación cada vez más activa en su religión, teniendo en cuenta las vidas rutinarias y duras que llevan. La llegada de estas iglesias les permitió, en un contexto donde el catolicismo llegaba muy poco, tener una participación más activa, un contacto con la divinidad más cercano.

–¿La anomia lleva al evangelismo por esa razón?

–Bueno, al haber muy poca estructuración (ya sea en lo laboral, en lo emocional) se genera una falta de contención que puede ser llenada por muchas cosas. El evangelismo es una...

–Ante la falta de estructuración social la gente se siente un poco perdida. Podría buscar la estructuración en la Iglesia Católica, pero no lo hace. Opta por el evangelismo, que tiene una estructura mucho más directa, no tiene una jerarquía, no tiene un Vaticano... ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué no buscan eso en la Iglesia Católica, que parece más estructurada?

–Bueno, ahora la Iglesia Católica está buscando recrear esa presencia activa del fiel, del creyente. Yo creo que, en muchos casos, ante la sensación de vacío, la Iglesia Católica no da respuestas. Muchos prefieren un tipo de religiosidad distinta, con más expresividad corporal, sin mediación ante la divinidad, con un contacto directo con el Espíritu Santo. También tiene mucho que ver la cuestión de la autonomía: las Iglesias protestantes a lo sumo están en alguna red de federaciones, o de alianzas bastante inconsistentes, pero cada congregación es autónoma. De ahí que sean tan cismáticas, que haya tantos procesos de escisión. Esos pequeños liderazgos locales tienen su propia dinámica.

–¿La teología de todas esas iglesias es la misma o varía mucho?

–Hay cierta teología que se comparte: el contacto abierto con la Divinidad para recibir salud, tener prosperidad material, cierta dimensión estética (el baile, la danza, el canto). Una dimensión estética que no es para nada menor. Fíjese que también fue muy importante en el catolicismo y en el período barroco. Recuerde el catolicismo popular y las nuevas devociones que tienen una carga estética fuertísima.

–¿Por ejemplo?

–El Gauchito Gil.

–Esas devociones al Gauchito Gil, o a San Cayetano, ¿no son también una forma de contacto directo? ¿No son una forma de protestantismo?

–En el sentido del contacto directo, sin duda alguna. Si uno va y habla con un devoto, éste le va a decir: “Yo voy, le pido algo al Gauchito y él me cumple”. Hay algo muy personal allí. Pero hay que tener en cuenta que la teología protestante diría que tanto el Gauchito como San Cayetano son mediadores y que el diálogo debe darse directamente con el “patrón”. De todos modos, ésa es una sutileza teológica; desde el punto de vista de la vivencia subjetiva, son iguales.

–¿Qué clases sociales son las que se están convirtiendo al evangelismo?

–Desde los años ’60, con los primeros estudios sobre el pentecostalismo evangélico en América latina, se lo vinculaba mucho con los sectores populares y con el cambio estructural económico (el empobrecimiento, la migración del campo a la ciudad) que generaba una suerte de anomia. La teología de la prosperidad, de la posibilidad de recibir bendiciones divinas de manera directa, atrajeron las esperanzas utópicas de los sectores más pobres. En general, no es difícil advertir que el pentecostalismo efectivamente crece con más ímpetu en las clases populares. Pero también es necesario admitir que hay variaciones: el evangelismo tal vez menos pentecostal...

–Ahora volvemos sobre esto, que me interesa mucho. Pero antes de seguir: ¿qué es la Iglesia Pentecostal?

–Es una corriente de evangelismo que hace énfasis en los dones del Espíritu Santo y que surgió en los principios del siglo XX en las comunidades negras de Los Angeles. Se hizo muy fuerte a partir de los años ’60. Muchas iglesias de tradición protestante empezaron a tener ramas más pentecostalizadas. Eso es algo muy interesante, porque es un movimiento que ha tenido tanta fuerza que incluso la Iglesia Católica tiene su costado pentecostalizado. Es esta dimensión con énfasis en el baile, el canto, la presencia de la divinidad...

–La Iglesia Católica ofrece redención frente al pecado. ¿Hay redención en la Iglesia Protestante o uno debe cargar con el pecado toda su vida?

–En los calvinistas no hay redención: la predestinación es muy fuerte y uno debe hacerse cargo de sus pecados. Pero en general los protestantes (bautistas, luteranos), incluso las ramas más evangélicas pentecostales, u otras ramas heterodoxas como los mormones o los Testigos de Jehová, sí creen en la redención y en la posibilidad de perdonar los pecados.

–¿Cómo sabe uno que fue perdonado?

–Eso es clave para pensar la noción de individuo. Max Weber ha visto que el protestantismo fue muy importante para configurar el lugar del individuo moderno. Muchos creen que todas las luchas protestantes terminaron por crear el individualismo moderno. Toda la cultura protestante tiene la idea de que en el fondo de la conciencia de uno está Dios. ¿Cómo hacen para saber que fueron perdonados? Bueno, a través de sus propias convicciones. Ellos creen tener una certeza que la pueden distinguir a nivel de la paz espiritual, una sensación de que se ha “nacido de vuelta” o de haber sido bautizado por el Espíritu Santo. Hay algo curioso en el pentecostalismo, que es que hace mucho hincapié en el valor de la emoción. Si uno habla con un pentecostal le va a decir, por ejemplo, que caminaba por el monte y pensando en su vida se puso a llorar muy fuerte, y no podía parar, y ése fue su contacto con Dios, que le dio su perdón. Otras ramas tienden más a la palabra: por ahí un religioso de estas otras ramas no va a hablar de esas sensaciones tan físicas sino de una charla que tuvo con un pastor, o con Dios, y que lo ayudó a darse cuenta de que sus pecados habían sido perdonados, o de que debía entregar su vida a Jesús.

–Antes de esta digresión estábamos hablando de las clases sociales que se convierten a estas religiones.

–Sí, y le decía que es un fenómeno que, creo, está atravesando las fronteras de las clases populares. Pienso en el caso de Bernardo Stamateas, que es pastor de la Iglesia Bautista, escritor de libros de autoayuda y que está muy en boga ahora. Es un caso muy interesante: es de clase media, de familia de griegos, es sexólogo, psicólogo deportivo y pastor. La que dirige es una Iglesia muy de clase media, centrada en las posibilidades de crecimiento individual. Esto sirve para ver cómo se tornan porosas las fronteras de la religión, la autoayuda, la psicología. El evangelismo, aquí, no se limita para nada a las clases populares. De todos modos, en general, hay correspondencia entre las iglesias en las que se da más rienda suelta al éxtasis popular y las clases empobrecidas. Eso, sociológicamente, no es extraño.

–El siglo XX vivió un fenómeno de laicización de las clases medias y altas. El Evangelismo creciente, ¿hace retroceder ese fenómeno? ¿O simplemente es una transferencia de gente de la Iglesia Católica al evangelismo? Digamos: ¿la religión le está ganando lugar al laicismo?

–Creo que habría que estudiarlo. Es interesante ver cómo la Iglesia Católica tuvo todo un conflicto con la laicización. Creo que no es azaroso este cambio de pertenencia religiosa a iglesias que son, en general, absolutamente laicas. ¿Qué quiero decir con esto? Bueno, la Iglesia mormona, por ejemplo, permite que todos los varones a partir de los 12 años sean sacerdotes. Salvo muy pocos cargos, los de las más altas cúspides de la Iglesia, son sin sueldo alguno, dependen de la propia voluntad del miembro. Creo que eso demuestra cómo estas iglesias intentan generar un compromiso más fuerte con la institución...

–Pero también se puede pensar al revés, que la Iglesia Católica es más laica. Por empezar, la interpretación de la Biblia por los evangelistas es mucho más literal. Y me parece que la religión es más invasiva en todos los aspectos de la vida. En el catolicismo, si uno no es muy creyente, va a misa y ahí se acaba todo. Digamos que el ritual está más confinado: se termina en el momento en que el cura dice “yo te absuelvo”, o con la comunión.

–Bueno, yo creo que lo que decía es que la Iglesia Evangelista es más democrática, que en general los propios miembros llevan adelante la institución. Pero lo que dice usted es verdad también: en la Iglesia Católica uno hace su vida de manera mucho más independiente. Los grupos evangelistas piensan la religión de manera mucho más holística, como era la Iglesia antes de que naciera el Estado-nación moderno. Por eso Marx hablaba de la religión como la “teoría de este mundo”.

–¿Y la relación entre la Iglesia y el Estado? ¿Las Iglesias evangelistas intervienen en las decisiones del Estado?

–Acá, si bien ha habido estudios sobre eso, no aparece de modo tan fuerte como en Brasil. En Brasil, una de las patas importantísimas para el triunfo de Lula fue una alianza evangélica capitaneada por la Iglesia Universal del Reino de Dios, que es una corporación tremenda. La derecha evangélica brasileña en su momento se alió al PT para que Lula ganara. En Estados Unidos también es conocida la injerencia de la derecha evangélica. En Argentina creo que todavía está un poco más verde el asunto.

–Hay una historia muy curiosa. Durante la época del nazismo, los evangelistas (especialmente los Testigos de Jehová) no se callaban para nada. De hecho, iban a parar a los campos de concentración.

–Acá mismo, desde el ’76 en adelante, también tuvieron muchísimos problemas por ese anabaptismo de la vieja escuela de no creer en la legitimidad de los símbolos patrios, de los símbolos asociados a la pertenencia nacional.

–Y los Testigos tenían cierta jerarquía en los campos de concentración. Los jerarcas nazis se dejaban afeitar por ellos... ¿Pero qué pasó con los otros grupos frente el Proceso?

–En Argentina, durante la época del Proceso Militar, hubo corrientes del metodismo que fueron muy activas, grandes defensoras de los derechos humanos. Probablemente sea la rama más progresista del protestantismo, que es muy heterogéneo. Los mormones me atrevería a decir que no tienen un costado progresista; tienen una alianza muy fuerte, en Estados Unidos, con el Partido Republicano desde hace mucho tiempo; han sido fervorosos abanderados contra el comunismo en los años ’50. Ellos siempre buscan tener un trato cordial con el gobierno de turno, para poder difundir su fe. Cómo sean los gobiernos, es una cuestión aparte. Los más progresistas, los más liberales, los más intelectuales, en general, se congregan en el Isedet (Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos). Es una especie de federación de facultades de teología.

–¿Hay estadísticas en las que se pueda confiar sobre la cantidad de gente asociada a movimientos evangelistas? Porque yo sé que en uno de los censos la Iglesia presionó para que no se preguntara la religión, porque tenía miedo de que se notara el fenómeno evangélico.

–La verdad es que no estoy muy al tanto de las cifras reales.

–¿Pero más o menos qué proporción cree que hay de evangelistas? ¿El 1 por ciento, el 20 por ciento?

–Yo calcularía, hipotéticamente, que habrá unos seis millones de personas.

–Ahora me gustaría preguntarle cuestiones históricas.

–Adelante.

–Cuénteme un poco de dónde surgen las diferentes ramas del protestantismo. Empecemos por los anabaptistas...

–Los anabaptistas surgen un poco después de la revolución campesina de 1530 de Thomas Muntzer, la primera revolución comunista de la era moderna. Es la que va más allá de la reforma de Lutero: propone la propiedad en común, la inexistencia de riquezas, la idea de que la heredad de los pobres ha llegado. Consistió en una serie de revueltas muy importantes lideradas por Muntzer, un teólogo muy radical que llevó demasiado lejos los razonamientos luteranos. tan lejos que el propio Lutero dio el visto bueno para la represión de esas movilizaciones. Su doctrina había sido deformada demasiado peligrosamente...

–¿Y los baptistas?

–Son el costado inglés, generado por Enrique VIII de una manera muy instrumental (porque se desafilió de la Iglesia Católica solamente para poder divorciarse). Como vio que Lutero y Calvino estaban haciendo una teología interesante, se plegó parcialmente a la Reforma. Pero la Iglesia Anglicana, ya para 1600 (la época cercana a la época de Cromwell), era muy criticada por no haberse plegado realmente a la Reforma. De ahí surgen dos grupos: los metodistas de John Wesley (un gran teólogo anglicano) y los bautistas.

–¿En qué se diferencian?

–La Iglesia Baptista prescribía el bautismo adulto, lo cual implicaba la libre decisión y no la herencia. El metodismo fue llamado así por el énfasis en el trabajo incesante, en la honestidad en los intercambios comerciales... La verdad es que las diferencias teológicas no son muchas, ni tampoco son demasiado diferentes en la organización.

–Me hace acordar un poco a La vida de Brian, esa película tan increíblemente divertida de Monthy Pyton.

–No es demasiado diferente.

viernes, 17 de abril de 2009

60 AÑOS DE RADIO PACÍFICA

Se autoriza la publicación. Poner favor escríbanos a spanish@democracynow.org para avisarnos donde se publica y también si hay estaciones de radio que quieran emitir el audio que se encuentra disponible todos los viernes en www.democracynow.org/es


60 años de Radio Pacífica: Un Refugio de la Disidencia
Escuche

Por Amy Goodman

Radio Pacífica, la red de medios independientes más antigua de Estados Unidos, cumple 60 años esta semana, mientras los medios dominantes están sumergidos en una profunda crisis. Cientos, y hasta miles de periodistas están siendo despedidos. Periódicos respetables, algunos con más de cien años de historia, están cerrando abruptamente. La tecnología digital está cambiando las reglas, destruyendo industrias enteras y trastocando y poniendo patas para arriba las tareas tradicionales de escritor, realizador cinematográfico, editor, consumidor. Los medios comerciales están perdiendo público y avisadores. La gente está explorando nuevos modelos de medios, entre ellos el periodismo sin fines de lucro.

Radio Pacífica fue fundada por Lew Hill, un pacifista que se rehusó a pelear en la Segunda Guerra Mundial. Cuando salió del centro de detención después de la guerra, dijo que Estados Unidos necesitaba un medio que no fuera administrado por las empresas que se enriquecían con la guerra, sino que, dijo, necesitaba un medio administrado por periodistas y artistas. En palabras del fallecido George Gerbener, decano de la Facultad Annenberg de Comunicación de la Universidad de Pensilvania: un medio no administrado por “empresas que no tienen nada para decir y quieren vender todo, que son las que están criando a nuestros hijos hoy en día”. KPFA, la primera radio de Pacífica, salió al aire por primera vez en Berkeley, California, el 5 de abril de 1949. La radio FM estaba en pañales en aquel momento, por lo que KPFA tuvo que crear y entregar radios FM para que la gente escuchara la emisora. Radio Pacífica intentó algo que nadie pensó que funcionaría: construir una red en base al apoyo financiero voluntario de oyentes individuales, un modelo que luego fue adoptado por la Radio Pública Nacional (NPR, por sus siglas en inglés) y la televisión pública.

La red Pacífica creció hasta tener cinco emisoras: KPFA en Berkeley, KPFK en Los Ángeles, WBAI en Nueva York, WPFW en Washington y KPFT en Houston.

En 1970, en sus primeros meses de funcionamiento, KPFT se convirtió en la única emisora de radio en Estados Unidos cuyo trasmisor sufrió un atentado con bomba. El explosivo fue colocado por el Ku Klux Klan. El “Gran Mago” del KKK, su máximo líder, describió el ataque como su acto de mayor orgullo. Creo que fue porque entendió lo peligrosa que era Radio Pacífica, ya que permitía que la gente hablara por sí misma. Cuando escuchas a alguien hablar desde su priopia experiencia – un niño palestino, una madre israelí, un abuelo de Afganistán – eso rompe los estereotipos que alimentan a los grupos de odio que dividen a la sociedad. Los medios pueden construir puentes entre comunidades, en lugar de pregonar su bombardeo .

Pacífica es un refugio para quienes piensan diferente. En la década del 50, cuando el legendario cantante y líder afroestadounidense Paul Robeson fue incluido en la “lista blanca” durante la caza de brujas del Senador Joseph McCarthy, y se le prohibió el acceso a prácticamente todos los espacios públicos en Estados Unidos, a excepción de unas pocas iglesias negras, sabía que podía ir a KPFA y ser escuchado. El gran escritor James Baldwin debatió con Malcolm X acerca de la eficacia de las sentadas no violentas de desobediencia civil en el Sur. El debate fue transmitido a través de WBAI. Incursioné por primera vez en el periodismo radial en la sala de prensa de WBAI. Hoy, la tradición de Pacífica se necesita más que nunca.

En esta era digital de alta tecnología, con la televisión de alta definición y la radio digital, todo lo que obtenemos es más estática, ruido: ese velo de distorsiones, mentiras, falsedades y verdades a medias que oscurecen la realidad. Lo que los medios deberían darnos es estática en otro sentido: una estática crítica, cuestionadora, que produzca una interferencia no deseada sobre el discurso dominante. Necesitamos medios que cubran lo que sucede en el nivel del poder, no que encubran al poder. Necesitamos medios que sean el cuarto poder, y no parte del poder del Estado. Necesitamos medios que cubran a los movimientos que crean la estática y hacen historia.

Con más canales que nunca, la falta de diversidad de opinión es estremecedora. La libertad de prensa está consagrada en la Constitución, sin embargo nuestros medios actúan en gran medida como megáfono de quienes están en el poder. Mientras enfrentamos crisis sin precedentes – desde el calentamiento global hasta las guerras mundiales y la crisis económica mundial – también hay una oportunidad de cambio sin precedentes.

¿Dónde se reunirán los pensadores innovadores, los activistas de base, los líderes de la lucha por los derechos humanos y los ciudadanos comunes y corrientes para discutir soluciones a los problemas más urgentes de la actualidad?

Por ejemplo, a pesar de que hay muchas personas en este país – en el movimiento pacifista al igual que en las fuerzas armadas – que se oponen a enviar más soldados a Afganistán, como lo hicieron en Irak, no vemos ni escuchamos prácticamente ninguna de estas voces disidentes en los medios estadounidenses. A pesar de que algunas encuestas indican que una mayoría de estadounidenses apoya el sistema de salud de pagador único, estas voces son básicamente ignoradas o menospreciadas en los periódicos y los programas de las grandes cadenas de noticias.

En mi recorrida por el país, me preguntaron el otro día qué pensaba sobre los medios dominantes. Dije que pensaba que eran una buena idea. En el 60 aniversario de la Red Radio Pacífica, deberíamos celebrar la tradición de la disidencia y el poder de las voces diferentes a la hora de resolver conflictos en forma pacífica.

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Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.

Amy Goodman es presentadora de “Democracy Now!”, un noticiero internacional diario de una hora de duración que se emite en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en 200 emisoras en español. En 2008 fue distinguida con el “Right Livelihood Award”, también conocido como el “Premio Nobel Alternativo”, otorgado en el Parlamento Sueco en diciembre.

© 2009 Amy Goodman

Texto en inglés traducido por Mercedes Camps y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

jueves, 16 de abril de 2009

SIGMUND FREUD

Cien años de psicoanálisis en la Argentina

Cien años de psicoanálisis en la Argentina

“La historia que vendrá habrá convertido los testimonios, las memorias y las demás producciones ‘militantes’ de los diversos grupos en una nueva dimensión de la historiografría argentina”, sostiene el autor

Por Germán García *

En 2005, Graciela Avram publicó una sátira, breve y documentada, sobre las terapias alternativas al psicoanálisis. Cuando se la lee aparece una diferencia con lo que acontece, por ejemplo, en Francia. Si allá las terapiascognitivasconductuales (TCC) se proponen como máquinas de guerra diferenciadas, entre nosotros se construyen por asimilación simplificada del vocabulario del psicoanálisis. Es decir, para entender el estado de la cuestión en el psicoanálisis actual hay que llamar la atención sobre la asimilación de su práctica a la psicología. Eso lo muestra ya desde el título el excelente libro de Alejandro Dagfal: Entre París y Buenos Aires - La invención del psicólogo. De paso, vemos que la mezcla de psicoanálisis y psicología tiene su marca de origen en Francia; en este punto es muy claro Michel Foucault en una entrevista de 1965 realizada por Alain Badiou, donde explica que la “psicología” surge de la filosofía y que encuentra en el psicoanálisis la posibilidad de conmover los fundamentos filosóficos, porque realiza una experiencia autorizada por el descubrimiento del inconsciente, que valida esa misma experiencia.

Sigmund Freud propuso para la educación del analista la realización de un análisis, el conocimiento exhaustivo de la doctrina y el control regular de su práctica.

Jacques Lacan extremó estas exigencias. Digamos, aunque sea de paso, que los modos de organización y nominación del analista –más allá de la habilitación del Estado– es una de las claves para la comprensión del estado de la cuestión.


La historia como histeria

Si en 1910, en los festejos del Centenario, Germán Greve presentó las doctrinas de Sigmund Freud en un Congreso Internacional de Medicina e Higiene, en el Bicentenario vale la pena llamar la atención sobre el recorrido y sus resultados actuales.

En las primeras décadas del siglo pasado, con el trasfondo del positivismo, el psicoanálisis había interesado a médicos psiquiatras. Pero su práctica no era incluida en esta curiosidad. Thomas F. Glick, de la Boston University, registra que en España la influencia del psicoanálisis comienza por un cambio de hábitos en la práctica médica: en las fichas de los pacientes se anotan datos de su historia infantil.

Después de 1930, condenado por la URSS, el psicoanálisis es abandonado por los psiquiatras en unos casos, en otros se intenta relacionarlo con la reflexología.

Es Angel Garma, entre otros, quien instala el estatuto del psicoanalista –copiado del que se impuso en Nueva York– subordinado a la medicina. Es un psiquiatra, Miguel Kohan Miller, quien rechaza esta subordinación. Como psiquiatra, es psicoanalista y punto.

Estas historias no pasaban del testimonio personal, de la memoria colectiva, de la hagiografía grupal.

Cuando en 1970 me interesé por el tema sólo encontré una historia de la psicología en América publicada en 1954 por I. A. Foradori, y un libro breve de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) con semblanzas de los fundadores y la información sobre el “ejercicio legal” de la profesión.

Había historias de la psiquiatría, también de la psicología, pero era poco lo que se encontraba sobre el psicoanálisis.

Y, sin embargo, el psicoanálisis estaba en las revistas, en la radio, en la televisión, en el cine.

En algunas tendencias, como la encabezada por Jung, había adeptos de la alta cultura mezclados con otros de los arrabales culturales del ocultismo.

La entrada del psicoanálisis en la Argentina era un libro documentado, pero no intentaba ser un libro de historia ni cumplir con las exigencias de esta disciplina.

Era parte de esa historia-histeria y quería minar el mito fundacional del psicoanálisis relacionado con la IPA, a la vez que criticar sus postulados y hacer propaganda para las propuestas de Jacques Lacan. Y fue, sin querer, un libro bisagra entre la histeria de aquellas pasiones y la historia de “verdad” que se empezaría a escribir.


La historia que vendrá

“Para precisar mi tesis –escribe Koselleck–, los pronósticos son sólo posibles porque hay estructuras formales en la historia que se repiten, aun cuando su contenido concreto sea en cada caso único y sorprendente para los afectados.” Suscribo esta tesis porque el psicoanálisis conoce diferentes momentos de internacionalización y, en cada caso, pagó el precio de una transformación que modificó tanto su política como su experiencia clínica y sus elucubraciones explicativas. Ocurrió en el pasaje de Viena a Zurich, después con su entrada a Inglaterra y Estados Unidos, por último en Francia y diferentes países de la lengua castellana.

Hans R. Jauss estudió, de manera brillante, este juego de transformaciones que se produce entre lo exótico de la novedad y las condiciones de aclimatación. El resultado no arroja algo idéntico, pero tampoco es otra cosa. Se plantean problemas que son homólogos a los de la traducción. El cambio de contexto es un cambio de sentido. La aceptación de Melanie Klein en Buenos Aires, como lo ha mostrado Horacio Etchegoyen, tiene una importancia de la que carece en otras ciudades donde el psicoanálisis existe con la misma intensidad.

La historia que vendrá tiene trazado algo de su horizonte en los trabajos de Hugo Vezzetti, Hugo Klappenbach, Mariano Plotkin, Sergio Visacovsky, Alejandro Dagfal y otros.

Es una historia que promete superar la histeria, que se propone describir las divergencias sin preferencias por los nativos de las diferentes “tribus”, que hará de cada versión una carta en el mazo de la historia.

Pero dentro de esa historia ya existen diferencias. Si Elizabeth Roudinesco prologa el libro de Alejandro Dagfal, la Asociación Española de Neuropsiquiatría mantiene relaciones de intercambio con el equipo de Historia de la Psiquiatría impulsado por Juan Carlos Stagnaro, cuya actividad editorial ha permitido que los nuevos psicoanalistas lean los clásicos de la psiquiatría que encontramos en la tesis de Jacques Lacan y en tantos otros trabajos fundamentales que ampliaron el conocimiento del psicoanálisis, a partir de lo que dejaba aprender la experiencia de la psicosis.

Los actores sucesivos –psiquiatras, médicos, psicólogos– ahora operan de manera simultánea en la configuración del psicoanálisis. El estudio de estas transformaciones está pendiente de una mayor atención en trabajos futuros. En el pasado, la falta de atención de estas diferentes “habilitaciones” produjo cierta ceguera sobre efectos evidentes: los médicos promovían la psicosomática, los psicólogos los problemas de las interacciones “sociales” y los psiquiatras se reservaban el campo de lucha de los aparatos sanitarios donde los demás podían incluirse como “trabajadores de la salud mental”. El psicoanálisis menos comprometido con estas operaciones tuvo también mayor libertad para diseñar sus maneras de inserción.


Dentro del psicoanálisis

Freud en las pampas, de Mariano Plotkin, intentó situar diferentes momentos del psicoanálisis en una perspectiva atenta a la política. Pero para hablar del estado de la cuestión de la historia del psicoanálisis vale la pena tener en cuenta sus rasgos diferenciales. Y para esto contamos con un libro solitario y un poco desplazado de la escena de la historia. Me refiero a El idioma de los lacanianos, de Jorge Baños Orellana, que intentó la primera y única clasificación de los modos de transmisión del psicoanálisis entre nosotros. Son cuatro: “La versión kitsch está puesta al servicio del reclutamiento y la redacción de introducciones para futuros miembros. La resolución de enigmas es el espacio discursivo de las investigaciones monográficas, donde se disciplinan las capas medias. La épica se encarga de contar la historia oficial y de pronunciar las arengas que fraguan la identidad grupal. La neoclásica es el gendarme de las instrucciones del narcisismo intelectual y poético: vigila que cada miembro ocupe su puesto sin comprometer la estabilidad ideológica y jerárquica del lazo colectivo” (pág. 321). Es obvio que el libro de Jorge Baños Orellana introducía en el campo una perspectiva que sorprendía y se valía de una bibliografía que no era frecuentada por los interesados en problemas del psicoanálisis. Será leído en el futuro.

El anclaje de Jacques Lacan en Buenos Aires, el libro de Marcelo Izaguirre demorado por problemas editoriales, realiza una minuciosa red de referencias y conexiones que funcionan como el reverso del libro de Baños Orellana: no trata de los modos que se practican sino de lo que se exhibe, de los deslizamientos y los contrasentidos producidos por las políticas de los grupos y ciertos cálculos elementales de los agentes.


La lógica del testimonio

Sería imposible enumerar la cantidad de testimonios individuales y colectivos producidos por los agentes de la práctica analítica. Desde la Fundación Descartes hemos impulsado más de una actividad y varias publicaciones en este sentido.

E. Carpintero y A. Vainer, con el título Las huellas de la memoria, publicaron dos tomos con ese material testimonial que conduce a cierta paradoja: el testimonio, como el sueño, es inapelable. Es lo que es. Pero al igual que el sueño, está constituido por desplazamiento, inversiones, olvidos y falsos recuerdos. Todo eso configura lo que Freud llamaba una verdad –en el sentido de la novela familiar–, pero su valor referencial debe ser confrontado con algún documento.

Jacques Lacan, cuando define al testimonio, dice que es la máxima proximidad entre el enunciado y la enunciación. Es decir, no lo define por su valor de referencia. Es lo que, desde que existe el pase como procedimiento para extraer el núcleo de un análisis, puede llamarse la verdad mentirosa de cualquier discurso sobre sí mismo. Entonces, es el tratamiento del testimonio lo que lo convierte en historia.


La cuestión institucional

Lo sabemos, Sigmund Freud prefirió crear una Asociación Psicoanalítica Internacional por fuera de las facultades. Creo que conocía el texto de Kant llamado El conflicto de las facultades (1798), que fue analizado con particular agudeza por Jacques Derrida. Para decirlo rápido, el psicoanálisis tiene secretos muy particulares y tiene que enseñar cosas que también son singulares. A la inversa, Kant dice que en una facultad se enseña lo que el Estado quiere que se enseñe. Una historia del psicoanálisis no podría excluir como una cuestión fundamental el estado institucional del psicoanálisis.

La institución analítica, según el programa de Jacques Lacan, no sólo evita fundir el término analista con cualquiera de los títulos habilitantes que cobijan su práctica (psiquiatría, medicina, psicología), sino que pone en funcionamiento dispositivos que impiden que alguien pueda identificarse con la nominación de “analista” a secas. Hay más de un analista. Está el analista practicante que sólo declara su actividad, está el analista miembro reconocido como tal por la institución y, por último, está el analista de la escuela que ha realizado el “pase” que testimonia del recorrido de su análisis.

Una historia del psicoanálisis que ignorase las diferentes maneras que se usan para nominar en cada institución sólo sería la descripción de grupos profesionales heterogéneos y pintorescos y dejaría pasar lo que el asunto tiene de particular: Aquello que convierte al psicoanálisis en una experiencia singular surgida de la tensión entre la filosofía y la psicología (tensión en cuyo trasfondo está la psiquiatría). La incidencia que tuvo esa psiquiatría en la aparición misma del discurso de Freud ha sido estudiada por M. Gauchet.


La trama exterior

La historia que vendrá tendrá que considerar una trama que nunca fue estudiada de manera sistemática: me refiero a las diversas editoriales, a los grupos que las impulsaron, a los libros que tradujeron en cada momento –sea para propagar una corriente nueva, para neutralizar alguna otra, para sostener algo ya existente–, a los traductores que realizaron el trabajo, a los inversores no siempre profesionales del libro, etcétera. No basta conocer los catálogos de Nova, Paidós, Nueva Visión. Existieron, a lo largo de tantas décadas, editoriales ligadas a corrientes políticas (por ejemplo las impulsadas por el Partido Comunista que incursionaban en la psiquiatría para imponer la reflexología y para polemizar con el psicoanálisis). Hubo otras ligadas a la religión, como el caso de la editorial Lohlé, que publicaba al psicoanalista católico Ignace Lepp, entre otros. Existieron y existen las pequeñas editoriales impulsadas por agentes del propio psicoanálisis, con poca importancia en el mercado, pero con la autoridad suficiente como para jugar un papel fundamental en las configuraciones de los grupos que las producen. También editoriales dedicadas a otros temas, pero que tuvieron su colección de psicoanálisis (como la que dirigió Raúl Sciarreta para editorial Corregidor), así como algunos libros publicados por Sudamericana, Leviatán, De la Flor, Catálogos, Atuel y otras.

Falta también una investigación sobre los libros traducidos en España y México importados a la Argentina y sobre las lenguas de las cuales esos libros fueron traducidos.

Una historia del psicoanálisis no puede ignorar la circulación material que sostiene la trama de las actividades de enseñanza del psicoanálisis, cuya proliferación se extiende a diversas ciudades del país. No se trata sólo de Córdoba y Rosario, puesto que la enseñanza del psicoanálisis y su práctica se han implantado tanto en ciudades del norte como del sur del país y lo han hecho con grupos organizados, con publicaciones regulares y en diálogo con la cultura de cada lugar. Al pasar es interesante consignar que cuando se dedican suplementos a las ciudades del interior (por ejemplo, del norte) se recurre al cliché histórico que caracteriza a la cultura de cada una de ellas, a datos turísticos, y se ignora de manera regular la existencia de las redes del psicoanálisis que en muchos casos son una presencia importante en las actividades culturales de esas ciudades. Bastaría mencionar las casi treinta ciudades, que desde Río Gallegos hasta Jujuy, componen el Instituto Oscar Masotta con sus conexiones nacionales e internacionales. Las facultades implicadas en la investigación de la historia del psicoanálisis formarán equipos, realizarán investigaciones, crearán archivos, solicitarán la donación de materiales diversos; si esto ocurre, estoy seguro de que ocurrirá, la historia que vendrá habrá convertido los testimonios, las memorias y las demás producciones “militantes” de los diversos grupos en una nueva dimensión de la historiografría argentina que podrá entrar en el horizonte de expectativas que impulsa en la actualidad un interés creciente por la historia del país.


En conclusión

El estado de la cuestión, en lo que hace a la historia del psicoanálisis en el país, muestra la creciente complejidad de los trabajos que se realizan a partir de las versiones de los “nativos” y de la documentación que comienza a ser clasificada y conocida. A su vez, la posibilidad de una historia parece responder a la importancia que la práctica de esta disciplina adquiere en la actualidad. Lo prueba el hecho de que nuestros invitados externos, que hablan en nombre de la antropología y de la historia, hayan trabajado en universidades situadas en Alemania, Francia y Estados Unidos.

De manera que de los cien años del psicoanálisis en la Argentina se puede esperar lo que se desea: por mi parte, espero de esta actividad una escansión, un nuevo comienzo, que sepa que la autoridad del futuro realiza de manera diversa la transmisión de la autoridad del pasado.

* El texto anticipa la presentación del autor en el evento “Cien años de psicoanálisis en la Argentina”: jornada de debate público organizada por la Secretaría de Cultura de la Nación y la Fundación Descartes, mañana desde las 14 en la Biblioteca Nacional.

martes, 14 de abril de 2009

Afganistán y la OTAN


Afganistán y la OTAN

¡Abajo la línea Durand!

Noam Chomsky
La Jornada

Desde la antigüedad, la región ahora conocida como Afganistán ha sido una encrucijada para potenciales conquistadores. Alejandro El Magno, Genghis Khan y Tamerlán reinaron allí.
Durante el siglo XIX, los imperios británico y ruso trataron de conquistar la supremacía en Asia Central. Esa rivalidad fue calificada como El Gran Juego. En 1893, sir Henry Mortimer Durand, funcionario colonial británico, trazó una línea de mil 500 millas para definir el extremo occidental de India, controlada por Gran Bretaña. La Línea Durand atravesaba áreas tribales de pashtunes que los afganos consideraban parte de su territorio. En 1947, la parte noroccidental de la región se convirtió en el nuevo estado de Pakistán.

El Gran Juego continúa en Afganistán-Pakistán, o Afpak, como se lo llama ahora. El término tiene sentido en una región, a ambos lados de la porosa Línea Durand, que la población nunca aceptó y a la que el estado de Afganistán, cuando todavía funcionaba, siempre se opuso.

Un indeleble marcador histórico es que los afganos siempre combatieron a todos los invasores.

Afganistán continúa siendo un premio geoestratégico en el Gran Juego. En Afpak, el presidente Barack Obama ha actuado, de acuerdo con sus promesas de campaña, acrecentando la guerra de manera considerable, haciendo avanzar los patrones de escalamiento llevados a cabo por el gobierno de George W. Bush.

En la actualidad, Afganistán está ocupado por Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La presencia militar extranjera sólo genera confrontaciones cuando lo que se necesita es un esfuerzo común entre las potencias regionales concernientes, entre ellas China, India, Irán, Pakistán y Rusia, que pueden ayudar a los afganos a enfrentar sus problemas internos, como muchos creen que pueden.

La OTAN ha ido mucho más allá de sus orígenes durante la guerra fría. Luego del colapso de la Unión Soviética, esa organización perdió el pretexto para su existencia: la defensa contra un hipotético ataque ruso. Pero rápidamente asumió nuevas tareas. El presidente Bill Clinton, violando las promesas hechas a Mijail Gorbachov, la amplió hacia el este, seria amenaza para Rusia, y eso, de manera natural, incrementó las tensiones internacionales.

El asesor de seguridad nacional del presidente Obama, James Jones, comandante supremo de la OTAN en Europa entre 2003 y 2006, es partidario de su expansión hacia el este y el sur. Esos pasos reforzarán el control de los suministros de energía de Estados Unidos en Medio Oriente.

También es partidario de que cuente con una fuerza de respuesta, que dará a la alianza controlada por Estados Unidos mayor capacidad para hacer cosas con rapidez en distancias muy largas.

Esa misión de la OTAN podría incluir el proyectado oleoducto TAPI, que está siendo construido a un costo de 7 mil 600 millones de dólares, y que entregará gas natural desde Turkemenistán a Pakistán e India. Las tuberías atravesarán la provincia afgana de Kandahar, donde hay emplazadas tropas canadienses. Washington ha propiciado TAPI porque bloqueará un oleoducto competidor desde Irán a India y Pakistán, y reducirá el control de la energía del Asia Central por parte de Rusia. Pero no resulta claro, sin embargo, si esos planes son realistas a raíz de la actual agitación en Afganistán.

China podría representar la principal preocupación de Washington. La Organización de Cooperación de Shanghai, con sede en China, y que algunos analistas consideran un potencial contrapeso a la OTAN, incluye a Rusia y a los estados del centro de Asia. India, Irán y Pakistán son observadores y existen especulaciones sobre si se sumarán a la organización. China también ha profundizado sus relaciones con Arabia Saudita, la perla de la corona en el sistema de suministro petrolero.

Una fuerza que se opone a las maniobras de la gran potencia es el vigoroso movimiento de paz que está creciendo en Afganistán. Los activistas han pedido el fin de la violencia y que se entablen negociaciones con el Talibán. Esos afganos dan la bienvenida a la ayuda externa, pero para la reconstrucción y el desarrollo, no con propósitos militares.

El movimiento de paz está recogiendo tanto apoyo popular en Afganistán que los soldados que Estados Unidos está enviando a ese país no sólo enfrentarán al Talibán, sino también a un enemigo desarmado, pero igualmente sobrecogedor: la opinión pública, informa Pamela Constable, de The Washington Post, tras una reciente visita a Afganistán. Muchos afganos dicen que más tropas extranjeras en lugar de ayudar a derrotar a los insurgentes, exacerbarán el problema.

La mayoría de los afganos entrevistados por Constable dicen que prefieren un acuerdo negociado con los insurgentes. El primer mensaje del presidente afgano Hamid Karzai a Obama, y que al parecer nunca fue respondido, fue que cesaran los ataques a los civiles. Karzai también informó a una delegación de las Naciones Unidas que desea un cronograma para la retirada de tropas extranjeras (esto es, de Estados Unidos). Por lo tanto, ha perdido el favor de Washington. Como resultado, ha pasado de ser un favorito de los medios de prensa estadunidenses a ser un líder corrupto y poco confiable, etcétera. Hay versiones periodísticas de que Estados Unidos y sus aliados están planeando marginarlo en favor de una figura de su elección.

La popularidad de Karzai también ha declinado en Afganistán, aunque sigue siendo muy superior a las de las tropas de ocupación estadunidense.

Una perspectiva útil proviene de un corresponsal británico con mucha experiencia, Jason Burke, quien escribe: “todavía tenemos esperanzas de construir el Estado que nosotros queremos que los afganos desean, en lugar del Estado que en realidad ellos desean. Si se pregunta a los afganos qué Estado desearían tener, muchos responderán: ‘algo parecido a Irán’…”

El papel de Irán es especialmente importante. Tiene relaciones muy estrechas con Afganistán. Se opone vigorosamente al Talibán y ofreció ayuda sustancial para echarlo. Y como recompensa, recibió el sambenito de formar parte del eje del mal. Irán tiene más interés en un Afganistán floreciente y estable que cualquier otro país, y mantiene relaciones naturales con Pakistán, India, Turquía, China y Rusia. Esas relaciones podrían desarrollarse, tal vez, en asociación con la Organización de Cooperación de Shanghai, si Estados Unidos continúa bloqueando las relaciones de Irán con el mundo occidental.

Esta semana, en una conferencia de la ONU sobre Afganistán efectuada en La Haya, Karzai se reunió con funcionarios iraníes que prometieron ayudar con la reconstrucción y cooperar en los intentos regionales para frenar el narcotráfico en la nación asiática.

La política de escalada de Bush y Obama no permite un acuerdo pacífico en Afganistán o en la región. Lo que resulta importante es que haya negociaciones entre los afganos sin la interferencia extranjera, ya se tate del Gran Juego o de otra cosa. Los problemas de Afganistán deben ser resueltos por los afganos.