domingo, 21 de noviembre de 2010

ESPIONAJE PEDAGÓGICO

Quiénes son los precursores del espionaje pedagógico

Ricardo Ragendorfer
Maestro del aula, Narodowsky inmortal. El ex ministro de Educación porteño podría quedar procesado por integrar una organización dedicada al espionaje. (TELAM) || Ajeno a su vidrioso presente judicial, Mauricio Macri mezcla amor con marketing. (TELAM)

Otras notas

  • Ya se sabe que la confirmación por parte de la Sala I de la Cámara Federal del procesamiento de Mauricio Macri en la causa por el espionaje telefónico provocó en el ámbito de la ciudad una crisis institucional sin precedentes, la cual hasta opacaría la lectura judicial del asunto.
  • El PRO pregunta "qué entregó Montenegro para salvarse”.
  • Aunque su reciente pericia psicológica dictaminó que Mauricio Macri “comprende la diferencia entre lo lícito y lo ilícito”, cruzar esa divisoria no lo inquieta en demasía. Sucede que nuevas evidencias, a las que accedió Miradas al Sur en exclusiva, derrumban la estrategia de su defensa. Es que él –a través de numerosos escritos presentados ante la Justicia– negó de manera tajante cualquier tipo de contacto telefónico con el ex comisario Jorge Fino Palacios, antes y después de su renuncia como jefe de la Metropolitana.
  • A comienzos de esta semana, el juzgado federal de Norberto Oyarbide recibirá la confirmación oficial de la primicia publicada por Miradas al Sur el pasado domingo, indicando que el espía Ciro James entregó las escuchas ilegales realizadas al cuñado de Mauricio Macri, el mentalista Néstor Daniel Leonardo, en la esquina de Tagle y Libertador, donde residía en ese momento el jefe de Gobierno porteño.
  • Las relaciones entre algunos protagonistas del espionaje telefónico efectuado desde las entrañas del Gobierno de la Ciudad desafían todas las leyes del azar. Al respecto, Horacio Rodríguez Larreta no logra explicar una casualidad en particular: la que vinculó en una sociedad comercial a su mujer, la afamada wedding planner Bárbara Diez, con Silvia Daniela Zanta, nada menos que esposa del espía Ciro Gerardo James, justo en la etapa más intensa de dichas operaciones de inteligencia.
  • Comenzaba el primer segmento vespertino de la señal TN correspondiente al 8 de junio cuando la cámara exhibió la ancha sonrisa del invitado; era nada menos que el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, a quien el animador Franco Salomone presentaría con una exagerada cordialidad. El zócalo de la pantalla mostraba la siguiente inscripción: “Vecinos vigilantes”. El funcionario pasó a explicar de qué se trataba:
    –Le pedimos a la gente que nos ayude…
    Salomone quiso saber de qué manera.
Una información obtenida por Miradas al Sur probaría que Ciro James hacía inteligencia sobre los docentes por cuenta del Ministerio de Educación
El enorme salón de Costa Salguero, lleno de invitados y con miles de rosas, exhibía una iluminación tenue. En ese marco, Juliana Awada declamaría: “Es el momento más lindo de mi vida”. Entre los presentes flotaba un emotivo silencio. Y Mauricio Macri contestó: “Gracias por haberme elegido”. Su tono traslucía un dejo de distracción. Tal vez entonces haya recordado aquel consejo de su guía espiritual, el gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba: “Casate ahora, Mauricio, porque para las elecciones de 2011 es mejor que te muestres como un hombre casado que como un soltero con dos divorcios encima”. La seña de la jueza de paz para que firmara lo devolvió a la realidad. Y tras estampar su rúbrica, pronunció la siguiente frase: “Ahora, mi estado civil es feliz”. Semejante ocurrencia verbal –de la que Durán Barba tampoco parecía ser ajeno– hizo que la concurrencia estallara en un aplauso. Era ya el mediodía del 16 de noviembre.
En ese mismo instante, lejos de allí, el ex ministro de Educación porteño Mariano Narodowski preparaba su declaración indagatoria sobre el caso de las escuchas telefónicas, fijada para el día siguiente. Según el abogado Carlos Beraldi, el humor de su cliente no era el mejor.
Ello sería corroborado en la mañana del miércoles por los cronistas frente a los tribunales de Comodoro Py. Al concluir el trámite judicial, Narodowski no ocultó su irritación al ser rodeado por una turba de micrófonos. Y sus únicas palabras fueron: “Sólo dije que contraté a Ciro James como abogado, no como espía”. En realidad, su presencia ante el juez federal Norberto Oyarbide había sido tortuosa. Es que, habiendo negado en tres oportunidades anteriores todo vínculo personal con James, ahora se vio en la obligación de variar sus dichos, dado el descubrimiento de por lo menos 59 comunicaciones telefónicas establecidas entre el celular del espía y el suyo. “No recuerdo haber hablado por teléfono con ese señor, pero tampoco lo descarto”, fue al respecto su justificación. A la vez, dejó una puerta abierta para llegar a Andrés Ibarra, quien –de acuerdo a la declaración de Narodowsky– habría llevado a James al Ministerio. Tampoco dejó bien parada a su jefa de Gabinete, Rosana Barroso, quien supervisaba el trabajo del hombre que se hizo célebre por pinchar celulares ajenos.
Ése, precisamente, es uno de los enigmas del caso. ¿Qué funciones cumplía James en Educación? En su momento, Barroso declaró de manera imprecisa que éste, en su carácter de abogado, asesoraba sobre asuntos legales relativos al personal, como licencias y ausentismo, a cambio de unos 6 mil pesos por mes. Sin embargo, ya se sabe que no hay ningún informe ni dictamen firmado por él, como tampoco otro tipo de constancias que documenten sus presuntas tareas. Es que desde el comienzo se sospechó que la contratación de James en el ministerio de Narodowsky era una forma de enmascarar y retribuir su verdadera labor como agente de inteligencia. Su incorporación, tal como consta en la causa, se produjo justo una semana después de iniciada la pinchadura telefónica a Daniel Leonardo, el cuñado manosanta de Macri. La Sala I de la Cámara Federal señaló también que la presencia del ex policía en el ministerio era parte del armado de una estructura de inteligencia ilegal. Sin embargo, una información a la que accedió en exclusiva Miradas al Sur demostraría que James sí cumplió una función específica por cuenta de esa cartera: nada menos que la de espiar a los docentes.
La pupila municipal. El dato explotó en medio de una conversación trivial. “Ese tipo, Ciro James, estuvo una vez en el canal”, fue la frase que, casi a boca de jarro, soltó un ex sonidista de Ciudad Abierta, la señal televisiva del Gobierno porteño. El diálogo transcurría en un bar ubicado en la esquina de Arévalo y Cabrera. Y tras tomar un sorbo de cerveza, aquel hombre prosiguió: “Vino por una cámara”. La historia sería reveladora. En resumidas cuentas –según esa fuente–, en la tercera semana de octubre de 2008, el director del canal, Juan Puigbó, atendió una llamada; del otro lado de la línea estaba el secretario de Comunicación porteño, Gregorio Centurión. Y sus palabras fueron:
–Mañana va pasar por el canal un muchacho del Ministerio de Educación para pedir prestada una cámara.
–¿Qué cámara?
–No sé… una cámara. ¡Ojo, que viene de parte del Ruso!
Se refería a Narodowsky.
Al día siguiente, un sujeto de baja estatura, con unos kilos de más y cabello castaño algo ralo llegó al edificio de la emisora, situada en la calle Azcuénaga 780. Lo acompañaba una mujer joven que vestía un tailleur color cremita. Él se anunció en la recepción; ella no pronunció palabra alguna. La secretaria se comunicó por una línea interna con Puigbó. Éste se hallaba ocupado, por lo que derivó el asunto a un productor, quien no tardó en ir al encuentro de los visitantes. Ella mantuvo su silencio; él no. Por el contrario, ese hombre se mostraba muy amable y dicharachero. A modo de presentación, dijo, simplemente: “Ciro James”. Y extendió hacia su interlocutor una tarjeta personal con el escudo de la ciudad en relieve. Acto seguido, puso empeño en mostrarse como un verdadero conocedor en materia de cámaras de video, sin ocultar su preferencia por una modernísima AZ1.
–¿La necesitás para grabar un programa? –preguntó el productor
–No, precisamente –respondió James, con una media sonrisa.
–Ah, es para grabar un evento –insistió el otro.
–Algo así. Necesito la cámara para grabar el conflicto docente.
En ese instante, la sonrisa se hizo amplia. Pero su brutal sinceridad terminó por jugarle en contra, ya que Puigbó –siempre de acuerdo a la misma fuente–, al enterarse del uso que James le daría al aparato, abortó el préstamo. Lo cierto es que al rato de que el espía se fuera con las manos vacías, recibió una segunda llamada de Centurión: “Juancito, me hiciste quedar para la mierda con Narodowsky”, fueron sus exactas palabras, antes de colgar. No menos cierto es que en los pasillos de Ciudad Abierta circuló la versión de que el visitante había conseguido, al final, una cámara en otra dependencia de la Ciudad.
En el atardecer del lunes 20 de octubre, Macri siguió los acontecimientos desde el ventanal de su despacho como si estuviera viendo un partido en un palco de la Bombonera. Junto a él estaban Horacio Rodríguez Larreta, y otros funcionarios de menor rango. Uno de ellos mantenía una permanente comunicación telefónica con el fiscal general porteño, Germán Garavano, cuyo secretario a su vez hablaba por otro aparato con la fiscal Valeria Massaglia, quien acababa de ordenar a la Guardia de Infantería que impidiera la instalación de la carpa docente sobre la Avenida de Mayo, frente a la sede del Gobierno porteño. Es de dominio público que ello primero desató forcejeos y, luego, una violenta represión. Su resultado: tres maestros heridos y un paro nacional. Pero, entonces, casi nadie reparó en un sujeto de baja estatura, con unos kilos de más y cabello castaño que, cámara en mano, tomaba primeros planos de los maestros en lucha.
La existencia de este episodio fue confirmada a Miradas al Sur tanto por el productor de Ciudad Abierta –cuya identidad se preserva, ya que él aún trabaja allí– como por Puigbó. Pero, por alguna extraña razón, ambos optaron por correr de la escena a sus respectivos protagonismos. Tanto es así que mientras el primero de ellos aseguró no haber sido la persona que recibió al espía, Puigbó –quien renunció a su cargo a los pocos meses– adujo que justo en el día del hecho él estaba convaleciente por un espasmo bronquial.
–¿Pero a usted le consta de que James fue al canal a pedir una cámara para filmar a los docentes? –preguntó Miradas al Sur.
La respuesta fue:
–Sí. A eso le pongo la firma.
La pista educativa. A comienzos de julio, la Cámara Federal le dictó la falta de mérito a Narodowsky con el argumento de que no había suficientes pruebas que lo comprometieran. Ahora, si la imputación avanza, podría ser acusado de integrar una organización de espionaje. Y, desde luego, el salto hacia la luz del episodio ocurrido en Ciudad Abierta no lo favorece. Como tampoco a Rosana Barroso, quien –al estar sospechada de encubrimiento– tendrá que presentarse a indagatoria el próximo miércoles. Su situación, por cierto, es más que vidriosa. Y ello, hábida cuenta de que el reciente testimonio de Narodowsky no hizo más que enterrarla.
“A la licenciada Barroso la conozco desde 1996, fue mi alumna y trabajó conmigo en la Universidad de Quilmes”, contó Narodowski en su primera indagatoria.
Lo cierto es que la relación entre la joven funcionaria y el ex ministro parece inspirada en el personaje de Pigmalión. La empatía entre ellos es tal que en 2001 hasta firmaron juntos dos trabajos académicos. Por entonces, la señorita Barroso ya alternaba su oficio pedagógico con el interés por la política. Ambiciosa por el poder y apasionada por el dinero, no tardó en hallar en el PRO un espacio propiciador para semejantes apetencias. Su guía en ese viaje sería Francisco Aráoz Bugallo, un macrista de la primera hora, con el que mantuvo una relación sentimental. Desde luego, Macri no tardó en fijarse en ella. Y la convirtió en una de sus chicas de confianza. Tanto es así que, durante la primavera de 2007, cuando, ya electo, intentaba armar su gabinete, ella le arrimó el nombre de su añejo mentor. Días después, un asombrado Narodowski aceptaría el cargo de ministro.
Sin embargo, junto con el entonces subsecretario administrativo de Ministerio, Andrés Ibarra, la protegida de Narodowsky conformaría una dupla singular. Ambos reportaban directamente a Macri, quien así controlaba a uno a través del otro, además de reducir al pobre ministro a una figura protocolar. Su antigua discípula –también una cultora del bajo perfil– se movía en el ministerio como un líbero, manejaba la caja paralela, sin dar ningún tipo de explicaciones. Tanto es así que llegó a dibujar 23 contratos para manejar unos 690 mil pesos anuales, bajo la pantalla de un presunto programa llamado Recorriendo Escuelas. Con ese presupuesto financió, entre otros emprendimientos, el local partidario de Mitre y Combate de los Pozos, en el que funciona la Fundación Proyecto País, de su amigo Aráoz Bugallo. Para ella fue una linda época, mientras duró. Ahora está a un paso de su procesamiento.
En tanto, casi en estado de gracia, Macri celebraba la parte religiosa de su boda en una estancia de Tandil. Tal vez entonces haya evocado otro consejo de Durán Barba: “Si desdoblás la fiesta, Mauricio, la noticia se duplica para los medios y capta la atención pública dos veces por un mismo hecho”. Quizá pensara en ello al bailar el vals de los novios. En fin, así son los hombres que se llevan el trabajo a la casa.

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