martes, 9 de abril de 2013

Buenos Aires, ciudad inundable

BUENOS AIRES, CIUDAD INUNDABLE

 BUENOS AIRES, CIUDAD INUNDABLE

Por qué está condenada a un desastre permanente.

¿Por qué se inunda Buenos Aires? En este libro Antonio Elio Brailovsky recorre los casi cinco siglos de vida de la urbe fundada en 1536 por Pedro de Mendoza, estudia el progresivo avance de la urbanización sobre las zonas inundables en la Ciudad de Buenos Aires y su Área Metropolitana y corrobora una hipótesis contundente: los desastres naturales no existen; la inundación de Buenos Aires no es obra de la fatalidad; para lograr que se inundara fue necesario un proceso de lenta construcción social.
El autor ilustra sus argumentos con una magnífica selección de dibujos, gráficos, fotografías históricas, planos y mapas. Mientras los cronistas y cartógrafos de la época fundacional registran en sus apuntes y bocetos los elementos relevantes del sitio natural donde se ha levantado la ciudad, los planos y mapas posteriores olvidarán progresivamente representar los condicionantes naturales. Las Leyes de Indias y después el sentido común prohibieron edificar en los terrenos bajos. Pero las sucesivas fases de desarrollo económico y social del país, el desmedido lucro inmobiliario, la soberbia tecnológica, la irresponsabilidad o la corrupción políticas irán permitiendo y fomentando la urbanización de los valles de inundación del Maldonado, el Vega, el Cildáñez, el Medrano, el Riachuelo.
Entonces, ¿es racional esta operación: "Primero se mete a la gente a vivir adentro del río y después se busca cómo sacar el río de allí, mediante obras públicas costosas y de resultados inciertos"? Pese a todo, Brailovsky no cree en fatalidades eternas: "Sólo la participación ciudadana puede orientar maneras diferentes de pensar la relación de nuestra cultura con la naturaleza"D

1 comentario:

Unknown dijo...

El día que el tema de las inundaciones pase a ser historia, parte del pasado y no presente de la ciudad de buenos aires, realmente en mi criterio habrá un cambio fundamental.
Mientras no sucede todos nos olvidamos, pero hay muchos porteños que quedan marcados por un antes y un después de que el agua irrumpa en sus casas.